Cuanto más desarrollo hubo en la gestión pasada en los paÃses ricos y desarrollados, el hambre adquirió condiciones cada vez más dramáticas. Por ejemplo, para los paÃses pobres del Cuarto Mundo parecerÃa que toda esperanza de mejoras sustanciales en la vida de los pueblos se complica más por factores que son ajenos a la voluntad de sus comunidades que sólo querrÃan encontrar solución a sus graves problemas de hambre, enfermedades, falta de educación y posibilidades para sus hijos.
En el mundo rico, contrariamente a lo que se supondrÃa conocen quienes poseen mucho, ocurre lo contrario porque los "regÃmenes de riqueza" - como bien se pueden llamar a los paÃses ricos - al no tener que más hacer para incrementar sus ingresos, no vacilan en crear más ciencia y tecnologÃa para fabricar armas y, sus labores cientÃficas que bien podrÃan dedicar tiempo, dinero y conocimientos a encontrar solución a los graves extremos que producen enfermedades y muerte, mantienen conflictos armados e incrementan cantidad y calidad armamentista.
Lo más risible, absurdo y fuera de sentimientos morales, es que los ricos pregonan: "Las luchas que se libran contra los violadores de la democracia, vulnerando principios de justicia y violan las libertades y sostienen que deben desaparecer los males de la faz de la Tierra", y dicen luchar por la paz, siembran más lágrimas, dolor y muerte mediante conflictos armados que, bajo pretextos, de solidaridad que buscan la paz y vigencia de la democracia, provocan más muerte.
Las experiencias sufridas por muchos paÃses que han apoyado a naciones que lucharon para recuperar la libertad e imponer vigencia de los derechos humanos en paz y justicia democráticos, y que pese a ello proporcionaron armas y dinero con el exclusivo objetivo de matar, resultan ser rivales o enemigos de quienes habÃan apoyado.
El hambre asuela al mundo y las organizaciones internacionales como Naciones Unidas, por esfuerzos que hacen, no pueden cubrir las necesidades de pueblos enfermos y hambrientos que, en casos, son obligados a engrosar las filas de grupos contendientes. Millones de niños mueren por falta de alimentos y son muchos más los que padecen la carencia de educación y abrigo; en otras palabras, repiten la tragedia de Biafra que en los años 60 sufrÃan hambre y enfermedades hasta causar la muerte de miles de niños por dÃa y cantidad similar de adultos debido a enfermedades y ser vÃctimas de grupos contendientes que mataban indiscriminadamente a quienes consideraban enemigos y a su propio pueblo.
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