Es oportuna la ocasión, comienzo del año para replantear un pedido de los orureños, con muchas expectativas, pero también con derechos adquiridos, pues se trata de exigir la reposición de servicios ferroviarios que fueron suprimidos hace años, con un pretexto inconsistente que ponía en duda la capacidad técnica de los profesionales que debían mantener expedito un corto tramo afectado cada año en época lluviosa.
Estamos hablando del servicio ferroviario entre Oruro- Cochabamba y viceversa que constituía un medio de unir altiplano y valle en un viaje de permanentes sorpresas, cambio de clima y paisaje, degustando tradicionales ofertas culinarias y con tal comercio dando vida a muchas poblaciones de la ruta por las que pasaba un convoy del tren tradicional y luego el servicio de ferrobuses, más rápidos y cómodos, pero igualmente constantes en días y horarios de circulación.
Es evidente que cada temporada lluviosa se interrumpía el servicio debido al deslizamiento de una parte de la plataforma, en un sitio en el que debían efectuarse trabajos de emergencia para evitar problemas con el paso del tren. Lo que ahora se preguntan algunos entendidos y también ex funcionarios ferroviarios, es cómo no se pudo encarar un trabajo de alta ingeniería, considerando que en este tiempo ya no es posible admitir que un tramo realmente corto interrumpa un servicio ferroviario de continuidad diaria.
Un organismo internacional como Jica- Japón destinó recursos y hasta comprometió asesoramiento técnico para encarar la solución en el tramo deleznable que alteraba el programa ferroviario de alta demanda y muy particularmente en época de feriados, vacaciones y todos los fines de semana. Se suspendió el servicio con el compromiso de encarar trabajos de estabilización del terreno, lo que lamentablemente no sucedió y tal situación fue el pretexto para sacar de itinerarios de la empresa ferroviaria, los viajes de trenes y ferrobuses a Cochabamba, una estación clave que debe servir para unir las redes del oriente y occidente.
Ha sido eliminado también el servicio ferroviario hacia La Paz y retorno, la competencia del transporte automotor liquidó esa conexión, aunque la misma continuó siendo útil para el transporte de carga pesada. La tradicional estación ferroviaria de La Paz, fue transformada, se le dio otras utilidades y actualmente es parte del servicio de teleférico, con lo que se liquidó definitivamente otro punto de conexión carrilana, que sin embargo será un punto estratégico en la futura vía del tren bioceánico para conectar servicios con el Perú.
Lamentablemente mientras el ferrocarril estuvo bajo administración de la empresa chilena Cruz Blanca, era poco menos que imposible pensar en restablecer algunos tramos ferroviarios como los que mencionamos como parte de un plan de asistencia social, como se consideran los servicios ferroviarios en la mayoría de países en los que estos servicios se modernizan, se amplían y son parte importante del transporte colectivo.
En la actualidad el Gobierno debería analizar seriamente la opción de fortalecer la Empresa Nacional de Ferrocarriles, hacerla más operativa, más moderna y cumplir esa opción de integrar nuestro territorio, favoreciendo a comunidades que esperan el paso del tren para resurgir y progresar. El ferrocarril, seguirá siendo el transporte de preferencia masiva, como en otras latitudes.
Fuente: LA PATRIA
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