El totalitarismo pretende hacerse de nuevo del paÃs. Aunque ya está instalado. Vivimos un totalitarismo utilizando las palabras del masismo de "baja intensidad" o dicho de otra manera, como una forma de "golpe suave" a la democracia. Un mal augurio para comenzar un nuevo año.
Las palabras del Presidente son definitivas en ese sentido. Como regalo de Navidad ha dicho "ojala podamos quedarnos (en el poder) por quinientos años". Como antesala a su congreso masista, ha hecho gala, y para muchos, apologÃa del delito, al convocar implÃcitamente a no observar el ordenamiento legal: "Si nos sometemos a la ley no hacemos nada", aseveró. Conducta inapropiada de quien debe ceñir sus actos a los principios constitucionales.
Si algo les caracteriza a los totalitaristas es que menosprecian y se oponen a las concepciones democráticas de la forma de vida, de la polÃtica. A diferencia de los totalitarismos del siglo pasado, los populistas en plena emergencia hasta en paÃses de arraigada democracia, la vida privada como la pública son organizadas directamente por el lÃder y su partido. Incluso los miembros del partido que ocupan lugares de decisión, se hallan sometidos a la imprevisible voluntad del lÃder. En el totalitarismo moderno la autonomÃa o independencia no es posible; las organizaciones de base, cocaleros, hacen que todo el mundo dependa por completo de los deseos y obsesiones del partido polÃtico y de su lÃder.
El control de los medios es fundamental para el totalitarismo, con ese control, la información deviene en propaganda y adoctrinamiento. Toda forma de oposición o crÃtica al gobierno y a la ideologÃa de los gobernantes es reprimida y tildada de neoliberal, derechista, antipatriótica. En los totalitarismos, nada se puede poner en tela de juicio; la voz de la argumentación y de la crÃtica queda anulada frente al poder mediático de la organización totalitaria.
Hannah Arendt, ya en 1951 decÃa que "Los movimientos totalitarios son organizaciones de masas de individuos atomizados y aislados. En comparación con otros partidos y movimientos, su caracterÃstica externa más manifiesta es la exigencia de una lealtad total, sin restricción, incondicional e inalterable del miembro individual. Esta exigencia es formulada por los dirigentes de los movimientos totalitarios incluso antes de la llegada al poder."
Los totalitarismos nunca han sido opciones posibles en nuestro paÃs. Siempre han sido desplazados. Recordemos los últimos; Banzer ha sido desterrado por una huelga de hambre y por el papel del periodismo que ha denunciado, como ahora, los escándalos y la corruptela militar. GarcÃa Meza ha corrido peor suerte, hoy está preso.
El periodismo ha jugado papel importante en aquellas circunstancias, ni los destierros ni apresamientos han podido frenar su lucha y defensa democrática. Será seguramente un año de confrontaciones, de argumentaciones falaces que ya alista el oficialismo, a los que habrá que responder.
(*) Periodista Reg. Nal. No. 169
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