El Bala y el Chepete o la destrucci贸n final de la Naturaleza
24 dic 2016
Adhemar 脕valos Ortiz
En las palabras que se escriben al principio se habla de una realidad triste, pero a la vez necesaria de reflejar, existe una confrontaci贸n de grupos que solamente apelan a sus intereses. El Gobierno nacional, el de entidades corporativas, como lo hicieron los anteriores, quiere conseguir recursos a rajatabla para complacer a la gente, y los sectores ambientalistas piensan que no se toque nada, en su filosof铆a ut贸pica, buena en palabra, pero en la pr谩ctica nula. Ambos tienen raz贸n en parte, pero existen una tercera y hasta cuarta l铆nea que pasan por entender la realidad, independientemente de criterios demag贸gicos.
Latinoam茅rica es una regi贸n rica en recursos naturales: en aves, mam铆feros y peces; adem谩s de riquezas mineras e hidrocarbur铆feras, no nos referimos al ser humano que es depredador por naturaleza. Debemos hablar sobre el tema de afectaci贸n del territorio contiguo a las represas de lo que se pretende construir: un embalse de casi 700 km2 que ser铆a una nueva fuente de naturaleza y tambi茅n de destrucci贸n, la que puede ser minimizada con proyectos alternativos: el desove de peces y las actividades productivas de comunidades. Pasemos a lo que son los lagos a partir de proyectos de generaci贸n de energ铆a, son fuente de vida, siempre que se considere su dragado peri贸dico, el limo resultante puede ser 煤til en zonas est茅riles, como se ha evidenciado en la pr谩ctica en los lugares estancados como posibilidad de recursos y medios de vida para gente pobre.
Ahora, hay que analizar el problema desde una perspectiva hist贸rica. Existe una grave crisis econ贸mica en el mundo, no por la carencia de recursos, sino por su mala distribuci贸n, dar a unos mucho y a otros poco. Pero, el problema fundamental no radica en esta peque帽a part铆cula del problema, la que consiste en lo siguiente: "No hay soluci贸n sin encontrar un punto de acuerdo con los fundamentalistas ecol贸gicos". Ellos tienen la visi贸n facilista de que el tema del medioambiente se puede resolver por simple voluntad, craso error. La depredaci贸n de la naturaleza es principalmente humana y si no se entiende su naturaleza, entonces, estamos equivocados terriblemente.
Es imposible que los cambios esenciales vayan a pasar por la buena voluntad de la gente. En los seres humanos, mujeres y hombres, existe una determinaci贸n perversa. Lo han demostrado a todo lo largo de la historia y lo seguir谩n haciendo. En su naturaleza llevan la maldad. 驴Y en qu茅 consiste esta hip贸tesis? En la idea de que los cambios provendr谩n de la asimilaci贸n, un tanto forzada, de que las transformaciones ser谩n posibles condicionadamente, pero tambi茅n por el convencimiento. Una cosa dual, hip贸crita, pero necesaria, e imprescindible.
Ahora, es imposible cualquier cambio si no se modifica en Bolivia la idea de que los grupos originarios aman la conservaci贸n natural, es un terrible error. En realidad, ellos utilizan los recursos para su uso particular. Pensar que los t茅rminos de los fan谩ticos ambientalistas condicen con lo que se requiere hoy para proteger la Naturaleza es absolutamente errado. Lo que ellos manejan es un discurso barato que radica en sus ideas que vienen a continuaci贸n: 1. El capitalismo y toda sociedad desarrollista son malos por naturaleza. 2. Las 谩reas protegidas naturales son la preservaci贸n del futuro del mundo. 3. Los pobres econ贸micamente cambiar谩n la faz del planeta. 4. Hay que crear 谩reas naturales sin presencia humana.
Muy bonito, no obstante se equivocan en el sentido de su radical postura. El ser humano es malo por naturaleza. Como lo dijo el pensador ingl茅s Hobbes: "El hombre es el lobo del hombre". Si los bolivianos no tendr铆an comida en los pr贸ximos 20 a帽os extender谩n la frontera agr铆cola hasta l铆mites insostenibles, hasta 60% del horizonte de cultivo. Las represas costar谩n un 1% de la biodiversidad. Sin embargo garantizar谩n recursos para sostener a 2 millones de personas en los pr贸ximos 100 a帽os. No es deseable, evidentemente, por los animales, pero se debe ser realista, los proyectos bien encaminados har谩n posible una econom铆a sostenible por 200 a帽os. Lo dem谩s ser谩 la destrucci贸n completa de toda la Amazonia. Y Bolivia ya no puede permitirse semejantes aventuras. Est谩 en el l铆mite de su destrucci贸n. Las represas se deben construir, no por el MAS sino por el sentido com煤n.
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