Si bien cada que termina un año y comienza otro, en realidad no es un principio o un final, sino un continuar, un transitar por la vida, una sucesión de acontecimientos, lo cierto es que cada que se terminan las páginas de un calendario y nos espera otro con más páginas para estrenar, surge la esperanza de un cambio, de hacer las cosas de otra manera, sabiendo lo que funciona y lo que no, para mejorar nuestra existencia.
La historia de esta gestión se ha escrito con bastante sangre, por los atentados contra la vida y la seguridad de las personas, por los accidentes que estuvieron a la orden, con desasosiego por las crisis del agua y económica, con la decepción que causó el descubrimiento de grandes fraudes. Es por eso que la próxima gestión, vale decir el año 2017, llegará con la promesa de mejores dÃas para todos.
Los escenarios de mayor violencia en Bolivia fueron tanto la represión que sufrieron las personas con capacidades diferentes, como los enfrentamientos entre cooperativistas y las fuerzas del orden.
Los discapacitados fueron duramente reprimidos cuando protestaban exigiendo la elevación del monto en el bono que reciben por las dificultades que tienen para trabajar puesto que la discapacidad que padecen se los impide, fueron penosos meses en los que esperaron una respuesta favorable del gobierno que finalmente adoptó la estrategia de dividir al movimiento y desbaratarlo por cansancio. Estas personas, pese a la lástima que despertaron en la ciudadanÃa no pudieron ablandar corazones, ni doblegar la voluntad de los que gobiernan "escuchando al pueblo" y dejaron la sede del gobierno con las manos vacÃas y el corazón destrozado.
Lo contrario ocurrÃa en Colombia, que pactaba en La Habana, Cuba, la paz para ese paÃs, acuerdo que se consiguió pero fue rechazado por los ciudadanos de dicho paÃs, porque hallaron que las concesiones que se hicieron a la guerrilla no correspondÃan.
Mientras Bolivia y Chile pasaron buena parte del año lanzándose indirectas y otras más directas acerca del problema marÃtimo que se arrastra por años, sin que en el presente año se avance mucho en ese tema, no obstante, surgieron diferencias entre los bolivianos que llevan el proceso adelante, por cuestiones polÃticas.
En otro frente, la naturaleza comenzó a cobrarle a Bolivia los desmanes de sus ciudadanos, pues los fenómenos climáticos denominados El Niño y La Niña hicieron estragos sometiendo a diferentes humedales a unas tremendas sequÃas, por lo que el agua llegó a faltar, inclusive en las ciudades capitales que por lo general tienen asegurada la provisión del lÃquido elemental. En Oruro, el Uru Uru casi pierde toda el agua, que con las lluvias caÃdas en diciembre y fines de noviembre al parecer salvó la situación de sequÃa total, pero aún la situación es preocupante y puede terminar en la muerte total como el lago Poopó.
La sequÃa alcanzó a los plantines que sembraron en Chusaqueri para crear un ambiente más húmedo en Oruro, y ante la falta de atención el plan fracasó, pero no estamos tarde para enmendar los errores y más bien se impulsa a quienes corresponda que continúen en el intento, analizando otras formas de conseguir el prendimiento de aquellos futuros arbolitos.
Desde esta columna deseamos a nuestros lectores un venturoso año 2017.
Atentamente,
Ximena Miralles Iporre
Directora
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