En el 2015 el Ingreso per cápita anual de Estados Unidos se situó en 56 mil USD, mientras que el Ingreso per cápita de Bolivia fue de 3,1 mil USD (al año), la razón comparativa indica que el ingreso del país del Norte equivale a 18 veces el ingreso por habitante de nuestro país.
Sin embargo, la medida señalada no es comparativa dada que las distorsiones en el costo de vida no lo permiten; frente ello, se hace necesario una medición del ingreso per cápita con una canasta base semejante o con precios comparativos: lo que los economistas llaman el Ingreso per cápita con paridad de poder de compra (PPC).
De esta forma, si se consideran precios de una canasta básica internacional (a precios de Estados Unidos), el ingreso per cápita de Bolivia equivale a 6.9 mil USD; por tanto, la relación relativa de ingreso per cápita disminuye de 18 a 8 veces (ingreso per cápita de EEUU/ ingreso per cápita de Bolivia).
Bajo la analogía señalada, en 1980, el ingreso per cápita de las economías emergentes (en vías de desarrollo) mostró un crecimiento desde 1.5 mil USD en 1980 (0.7 veces el ingreso per cápita de Bolivia) hasta los 15.0 mil USD en 2015 (1.5 el ingreso per cápita de Bolivia).
El crecimiento alcanzado de Bolivia en las décadas pasadas (1980-2015), no ha podido superar y contrarrestar la brecha creciente entre las economías emergentes y la economía boliviana. ¿Qué factores inciden sobre los diferenciales de crecimiento?
Son alrededor de 17 factores de posibles explicaciones, de las cuales se identifican seis como las más significativas: el cambio tecnológico, el ahorro interno, el nivel de inversión, el desempeño de los mercados financieros, los mercados laborales, el rol de la política fiscal y la monetaria, así como el rol de las instituciones.
Mientras que el ahorro interno y el nivel de inversión son elementos positivos que estimulan el crecimiento sostenido de los países; de igual forma, la sostenibilidad en las finanzas públicas es un elemento relevante. Así por ejemplo, en la historia económica de Bolivia se refleja que por cada 1% de incremento en la deuda pública, se relaciona negativamente con -0.75% en la tasa de crecimiento económico.
En suma, los factores de crecimiento de la economía boliviana no han permitido cerrar la brecha comparativa con el crecimiento de las economías emergentes en los últimos treinta y cinco años, existiendo factores estructurales (conocimiento, tecnología e inversión), así como elementos vinculados al rol de las políticas públicas.
(*) Director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales ´José Ortiz Mercado´ (IIESJOM
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.