Como sucede todos los años, la ciudad se torna caótica en este periodo de fin de año, debido a la proliferación de puestos de venta en aceras y calzadas, pero como se observa con un crecimiento inusitado de una feria callejera que en más de un kilómetro de distancia, altera la circulación de motorizados y de peatones, solo como referencia a la Av. 6 de Agosto, desde la BolÃvar hasta la Aroma.
A ese enorme problema se suman otros, como las movilizaciones de sectores ciudadanos, vecinales, de comerciantes insatisfechos, que bloquean muchas esquinas, especialmente de la Plaza Principal, alterando la circulación regular del transporte público, dejando a centenares de ciudadanos impedidos de cumplir sus obligaciones cotidianas de manera normal y segura.
Las autoridades cómodamente instaladas en sus despachos, seguramente buscan algunas soluciones al problema, pero lo hacen de manera teórica, porque en el hecho práctico su ausencia es notoria allà donde falta la dirección directa de los superiores para lidiar con los problemas y los actores de una pieza dramática de teatro terrorÃfico que tiene como escenario gran parte de la ciudad.
Los funcionarios subalternos dispuestos por la AlcaldÃa, prácticamente son rebasados por el comercio irregular, mientras que pocos agentes de Tránsito no tienen capacidad para dar fluidez al tráfico vehicular en calles atestadas, donde los semáforos son simples adornos y es notoria la falta de efectivos policiales que deberÃan multiplicar esfuerzos para que la ciudadanÃa se sienta algo segura en un campo de abierta inseguridad.
Las causas del problema son varias, empezando por la falta de un campo ferial, apropiadamente construido para acomodar por temporadas a miles de comerciantes, no hay disposiciones de ordenamiento urbano y si hay algunas, no existe autoridad que las haga cumplir. Se suma la indisciplina generalizada de vendedores, compradores y vigilantes, pues todos entran en el cÃrculo de hacer lo que puedan para cumplir sus propias obligaciones, por lo mismo se vive un tiempo de hacer lo que quieres y cómo puedes.
Hay que reiterar la preocupación y la protesta generalizada de la gente, la que vende y la que compra, pero además la que trabaja y debe cumplir obligaciones propias de su actividad que se ven alteradas o interrumpidas porque no hay autoridades que solucionen el caos reinante.
Mientras tanto, varias actividades bajo responsabilidad de la Gobernación o la AlcaldÃa quedan en suspenso, pues los dÃas previos a Navidad y Año Nuevo, no son los más propicios para avanzar con proyectos que necesitan mÃnimamente responsabilidad de los encargados para dar continuidad al avance de obras, aunque algunas no necesariamente son de prioridad ciudadana, lamentablemente las más urgentes y que tienen que ver con el buen estado de calles, control en mercados, seguridad ciudadana y respeto a derechos ciudadanos, son sólo temas referenciales para autoridades incompetentes.
Fuente: LA PATRIA
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