Cuando iban a desahuciar a Oumaina Chadi, la ´Plataforma de Afectados por la Hipoteca´ (PAH) de Manresa, en la provincia de Barcelona, le proporcionó una vivienda digna donde vivir. Ahora, este mismo colectivo, ha abierto una escuela donde imparte clases de refuerzo escolar para sus dos hermanos pequeños.
La PAH facilitó a Oumaina una alternativa habitacional cuando peligraba su derecho a la vivienda. Pero después de esperar casi tres años a que los servicios sociales de su ciudad le ayudaran con la educación de sus hermanos, encontró también en la PAH un valioso apoyo, esta vez educativo.
La idea de crear una escuela popular surgió para cubrir un derecho a la educación, lastrado para muchos niños, que no tienen a su alcance el material y el acompañamiento necesario para progresar en su formación. Busca ser un espacio de refuerzo para los niños de familias desahuciadas. Gracias a la ayuda de voluntarios, logopedas, educadores y estudiantes de Manresa, consiguieron reunir el material escolar y la implicación necesaria para atender la gran demanda de las familias de la zona.
En este centro cuatro profesores voluntarios atienden a ocho niños cada día, con los que establecen un vínculo más personal del que les pueden aportar sus colegios. Los pequeños son un total de cuarenta alumnos de entre Tercero y Sexto de primaria, que alternan deberes con espacios de juego. Juntos aprenden y conviven en un ambiente de solidaridad e ilusión por aprender. Reciben un respaldo didáctico y pedagógico que sus familias, por diversos motivos, no pueden darles.
"Una de nuestras fijaciones es dar una función social a los edificios que ocupamos, y esta escuela popular responde a esto, a una de las necesidades de un barrio con mucho paro, pobreza e inmigración", expresa Bernat Sorinas, portavoz de la Obra Social de la PAH en esta ciudad. Puede parecer que las necesidades de los jóvenes no son muy graves, pero carecer de un sitio donde poder estudiar en silencio o no tener nadie que les motive y les resuelva las dudas, puede minar su moral. Para Jessica Jiménez, educadora voluntaria en el centro, la escuela representa algo más que un apoyo educativo extra. Quieren que las familias se involucren en la enseñanza de sus hijos. Que se interesen por su evolución y les alienten en su camino formativo.
La PAH tiene otras ideas para que su labor sea más efectiva y eficiente. En el horizonte se vislumbra la idea de abrir un espacio didáctico para los padres y las madres, ya que su nivel de alfabetización es uno de los factores más determinantes en la formación de sus hijos. "Se trata de generar espacios comunitarios, de apoyo mutuo", defiende Sorinas. ?l, como sus compañeros de la PAH, es consciente de que la lucha por el derecho a la vivienda es sólo una pequeña labor para construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria.
(*) Periodista
Twitter: @ChemitaGomez
Vía Centro de Colaboraciones Solidarias
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