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Jueves 13 de mayo de 2010

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Ecológico Kiswara

Contaminación sonora produce pérdida irreversible de la audición

13 may 2010

Fuente: LA PATRIA

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La pérdida de la audición provocada por la intensidad de ruidos a consecuencia de la contaminación acústica que sufren ciudades no sólo de países industrializados, sino también en países tercermundistas, entre los que se encuentra Bolivia y por ende Oruro, es prácticamente irreversible, principalmente por el impedimento de regeneración de las denominadas células ciliares, esta deficiencia se presenta cuando el sistema auditivo soporta más de 90 decibeles de forma continua.

La sordera es la dificultad o la imposibilidad de usar el sentido del oído debido a una pérdida de la capacidad auditiva parcial (hipoacusia) o total (cofosis), y unilateral o bilateral. Así pues, una persona sorda será incapaz o tendrá problemas para escuchar. Ésta puede ser un rasgo hereditario o puede ser consecuencia de una enfermedad, traumatismo, exposición a largo plazo al ruido o medicamentos agresivos para el nervio auditivo.

Sin duda, es importante conocer los niveles de ruidos cotidianos medidos en decibeles, fruto de estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se pueden percibir en ciudades como la nuestra, y a pesar de constituirse superficialmente en elementos para nada peligrosos, estamos seguros que al saber los resultados ya no tendrán la misma “percepción”.

Como cuando alguien trabaja en una computadora, el nivel producido es de 40 decibeles, como habíamos indicado en otra edición una conversación normal se encuentra 5, el trabajo en una oficina en 70, el ruido que provoca el carro basurero es de 75, el panorama se complica al interior de una fábrica que presenta 80 decibeles.

Entre tanto si hablamos de las irritantes bocinas de los coches que circulan por la ciudad, producen alarmantes 90 decibeles, ni que decir la bocina de alguna flota que o camión que ingresa al centro de la ciudad, pues el nivel incrementa en un 10 puntos, es decir 100 decibeles. Sin embargo las motocicletas sin silenciador sobrepasan los 115 decibeles.

Como Oruro no cuenta con tráfico aéreo, por motivos obvios, que no vale la pena señalarlos por ser otro interesante tema, nuestros oídos se salvan de recibir estridentes 130 decibeles.

Todos estos datos, nos muestran que nuestros delicados oídos sólo pueden soportar ciertos niveles máximos de ruido, pero el nivel que se acumula en algunas ciudades lamentablemente supera ese máximo, considerando que el umbral de dolor como señalan los médicos se encuentra en 120 decibeles.

Con este deprimente y preocupante panorama, resulta importante conocer cómo se comporta nuestro oído ante semejante caos sonoro, tomando en cuenta que la audición establece los procesos psico-fisiológicos que proporcionan al ser humano la capacidad de oír.

Fuente: LA PATRIA
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