Explotación de recursos naturales

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Está visto que en el país deberán pasar aún muchos años, antes de que nuestra economía sea sostenida por sistemas productivos de alto rendimiento, sin que los mismos sean exclusivamente los de orden "extractivista", como la explotación de hidrocarburos, el gas principalmente y los minerales después.

El asunto es que nuestra dependencia a esos rubros es una constante en la vida de la Nación, desde la época republicana hasta nuestros días, con acentuadas circunstancias, como el auge de la plata en los primeros años de la República, un paso posterior al estaño y el oro mucho más adelante, el descubrimiento de la riqueza hidrocarburífera y las posibilidades de exportar el gas hacia mercados importantes como Brasil y Argentina, venta de GLP, al Perú y Paraguay, en el último tiempo, y la continuidad de exportación de nuestros concentrados de minerales a los mercados de EE.UU., Europa y Asia, que configuran en conjunto el sostenimiento de la economía boliviana.

Otro tanto ocurre con la minería, aunque su producción está limitada por bastante tiempo a la explotación de yacimientos tradicionales en el caso del sector estatal, en el que es muy lenta la operación, especialmente financiera para encarar programas agresivos de prospección y exploración de nuevos yacimientos.

En el caso de la minería privada, el último proyecto de interesante rendimiento se ha dado en San Cristóbal, que demoró 10 años en su preparación, antes de comenzar su fase productiva. En ese periodo y hasta la fecha, las inversiones son parte importante del sostenimiento del proyecto, que se constituye en uno de los más importantes del país, por rendimiento, generación de divisas y regalías, y el mantenimiento de una importante fuente laboral. Otros proyectos menores también en Potosí, completan el cuadro del sector minero privado, que por falta de "ciertas reglas de juego" no realiza nuevas inversiones en exploración.

Como quiera que no hay políticas claras de alternancia productiva, el Gobierno insiste en su modelo de desarrollo de extracción de recursos naturales y para ese objeto, está empeñado en abarcar la mayor superficie de terrenos en la geografía nacional, encontrándose en algunos casos con la resistencia de comunidades al uso de sus terrenos para la explotación de gas o minerales, sin crear planes alternativos que permitan el crecimiento paralelo de la agricultura, la ganadería, el turismo y otras fuentes que al futuro deben ser sustitutivas de la explotación de los recursos naturales no renovables.

Este tema se convierte en un factor controversial, pues si bien se reconoce que los recursos naturales son de todos los bolivianos y en esa dimensión deben ser utilizados para generar desarrollo, no es menos cierto que también hay leyes que reconocen la integridad del territorio indígena, originario, campesino que incluye el derecho a la tierra, el uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables". Un problema muy serio que debe ser considerado en su justa dimensión, pensando en el bienestar de todos los bolivianos y en el respeto a los derechos de tierra, suelo y subsuelo.