Si se enfoca a las personas con capacidades diferentes podemos decir que es la condición bajo la cual ciertas personas presentan deficiencias fÃsicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, y en igualdad de condiciones.
Estas personas -de las que nadie se encuentra lejos- merecen todo el respeto, la consideración, atención y colaboración, porque "Hoy por ellos mañana por mÃ" o "dando es como se recibe" actitudes que debemos hacerlas cotidianas, como un acto de solidaridad y compromiso para con la sociedad.
Los derechos humanos están presentes en todos los seres vivos, y con más importancia para las personas con capacidades diferentes sin embargo, la complejidad para implementar los derechos humanos por la falta de apoyo institucional es una situación que se vuelve aún más difÃcil, pues el tema de la integración es complejo.
Existe gran cantidad de alteraciones fÃsicas, sensoriales y psÃquicas que ocasionan discapacidad; la discriminación es violenta, diferencia entre los seres humanos de acuerdo con criterios no válidos; las personas con discapacidad la padecen de muchas formas, esto ha privado la posibilidad de tener con ellos otro tipo de convivencia, de establecer el diálogo que logre enriquecer y valorar la experiencia, imaginación, energÃa y por lo tanto solidaridad en la participación de grupos.
La enfermedad siempre ha sido perseguida en la sociedad, se vive como un temor, por ello se le rechaza o menosprecia. Respecto de la discapacidad, se oscila entre pensar en la curación o en que es incurable, por lo que en otros tiempos el sujeto que la padecÃa no tenÃa más opción que la de ser excluido, rechazado, o marginado. La exclusión, las actitudes paternalistas en espacios culturales y públicos prevalecen aún en nuestras sociedades junto a prejuicios de todo tipo: los pobres, los marginados, los discriminados racial y socialmente, son personas que han vivido como si no tuvieran derechos, como si pertenecieran a otro mundo.
Las actitudes y expectativas de la sociedad ante las personas con discapacidad han cambiado a raÃz de las nuevas legislaciones, de una actitud excluyente que tenÃa como soporte la idea de que no son "como los otros" se ha empezado a presentar un discurso más abierto que contempla su participación, el respeto a sus capacidades, lo que permite pensar en su integración.
Aunque falta mucho por hacer, podremos avanzar si terminamos con la idea de que la persona con alguna discapacidad es el niño-enfermo-necesitado, para pensar en hacer posible su participación social como adulto de pleno derecho.
(*) Ingeniero
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