Valerio Almaraz llegó del valle y se quedó en Oruro enamorado de su gente

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El tenis orureño entre sus páginas de historia, cuenta con un gran número de historias de notables deportistas entre los cuales resalta el nombre de Valerio Almaraz, quien nació en Cochabamba, pero desde 1976 fue absorbido por la calidez y el cariño de los orureños, motivo que lo llevó a conseguir el título para Oruro en varias ocasiones y actualmente entrena a nuevas promesas deportivas de esta región.

En el libro Grandes Campeones de Tenis de Bolivia, escrito por Roy Querajazu Lewis, se hacer referencia a los jugadores orureños que llegaron a destacar a nivel nacional, donde textualmente en una de sus partes, indica: "La Ciudad el Pagador se caracteriza desde hace muchos años por la práctica intensa del tenis". De esta forma destaca los logros de los orureños: Luis y Héctor ¿?, Pancho y Luis Alberto Vásquez, también se encuentra Alfredo Peláez y el orureño de corazón Valerio Almaraz.

"Yo adoro esta tierra porque es un lugar lindo para vivir, aparte la gente es muy buena, muy cariñosa, cuando llegué me dieron todo, sin conocerme me dieron un techo y comida, muchos me trataron muy bien, por eso es que no quiero dejar Oruro, quién querría irse de este bello lugar", aseguró.

Llegó tras la publicación de una convocatoria donde se requería un entrenador, desde entonces ha comenzado a jugar y a entrenar con tenistas orureños, tanto del National Tennis Club como el Oruro Tenis Club.

Comenzó, a jugar este deporte con la mentalidad enfocada en que el tenis era un deporte solo para damas, ya que él estaba acostumbrado a las canchas de futbol, sin embargo, se inició como pasapelotas, donde percibía una remuneración por su servicio, aspecto que lo motivó a continuar.

De esta forma llegó a participar en el primer campeonato de pasapelotas y cancheros, donde ganó en ambas categorías, consiguiendo así sus primeros dos trofeos.

Luego comenzó a entrenar con el profesor chileno Sergio Rodríguez, quien le impulsó a mejorar, de esta forma a los 18 años ingresó a su primer torneo nacional juvenil donde salió campeón, aspecto que lo llevó a ser becado en el Club Cochabamba.

Entre sus anécdotas, Almaraz recordó que nadie quería jugar con él porque todos ya decían que iban a perder, asimismo, recordó que en una ocasión en un nacional donde jugó con el ex campeón nacional Carlos Taborga que llegó de La Paz, dijo que ganaría a Almaraz en media hora, sin embargo, Almaraz terminó derrotando a Taborga en 30 minutos.

"¿Para qué me habrán becado? porque comencé a ganar y ganar, yo veía cómo los otros tenistas entraban con cuatro raquetas, yo con mis tenis viejos no tenía ni toalla usaba un calcetín viejo para limpiarme la traspiración, pero cómo ha sido, con raqueta rota igual ganaba", comentó Almaraz.

Fue dos veces campeón nacional, en 1979 en La Paz y en 1981 en Santa Cruz y actualmente en su haber cuenta con una innumerable cantidad de títulos como deportista y una serie de acreditaciones como entrenador.

Luego de su triunfo, el tenista, a los 18 años, ya había comenzado a entrenar a otros deportistas y comenzó a recibir un sueldo.

Una de las limitantes para participar de eventos internacionales para Almaraz fue el factor económico, ya que no contaba con los recursos necesarios, sin embargo, participó en los torneos de Chile y Brasil con el apoyo de la federación.

"Yo clasificaba para representar a Bolivia, pero no tenía plata, el número uno no viajaba por falta de dinero pero el dos y el tres iban porque sí podían pagar, había giras que iniciaban de Venezuela hasta Chile, yo no iba porque era mucho dinero", indicó Almaraz.

Almaraz con mucha emoción dijo que la humildad la lleva en alto, sus condiciones económicas lo llevaron a valorar a su madre, que era una mujer de pollera, la cual por motivos de trabajo -era comerciante- nunca pudo asistir a sus partidos, pero él sabía que lo quería y que en su corazón siempre lo acompañaba, con el apoyo de sus compañeros, su satisfacción era mayor.

"Tenía cinco hermanitos a mi cargo, vivía con mi mamá y cuando por jugar comenzaron a pagarme, me sentí muy feliz porque podía llevarles y comprar muchas cosas", recordó.

El tenista indicó que se encuentra muy agradecido con el deporte blanco porque le abrió muchas puertas conociendo a gente importante, a sus estudiantes y sus padres, por lo que recomienda a los niños y jóvenes que practiquen esta disciplina.

Como entrenador Almaraz indicó que, luego de haber sido campeón, él conoce determinadas claves que se deben tomar en cuenta cuando el jugador está en cancha, aspectos que imparte a sus alumnos.

"A los deportistas les digo que nunca se olviden de la humildad, que se mentalicen en un objetivo y que den su mayor esfuerzo y sacrificio para alcanzarlo, soy de la idea que el campeón debe aprender a llorar sangre para poder disfrutar sus éxitos más grandes, todos dan 10 vueltas, el campeón debe dar 20 para no estar en las mismas condiciones que los demás, sino mejor".

Y también expresó a sus 62 años, que la vida le ha enseñado que todo comienza paulatinamente, pero que la determinación de avanzar y el sacrificio, llevarán a la persona -en cualquier faceta- a llegar hasta esa meta.

Fuente: LA PATRIA