Miercoles 12 de mayo de 2010
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Es increíble la pasividad de las autoridades municipales frente a la imparable invasión de las aceras de la ciudad, por toda suerte de elementos, entre los más comunes los puestos de venta con casetas y todo, o mesas de toda dimensión, toldos y techos postizos, comedores permanentes y una gama de variedad insólita de productos de toda naturaleza. Las aceras no sirven sólo para ser ocupadas por comerciantes informales, inclusive algunos comercios legales han extendido sus puestos de venta hasta media acera interfiriendo el paso de peatones, si no lo hacen con extensión de su mesas de exposición de productos, ocupan espacio con aparatosos letreros publicitarios que son un peligro para la integridad física de las personas.
Las aceras también sirven para que en algunos sitios de la ciudad sean ocupadas como estacionamiento de vehículos, autos y motocicletas de forma permanente, y aunque no se crea temporalmente por camiones que transportan materiales de construcción o reparten refrescos y otros productos.
Ciertos días de feria las aceras y calzadas próximas a dos centros de abasto son ocupadas totalmente, de tal modo que los transeúntes deben competir con movilidades para utilizar los pocos espacios libres entre los puestos de venta, un verdadero caos que alguien tuvo la osadía de ampliarlo por más días, menos mal que no se dio curso al abusivo pedido.
Fuente: LA PATRIA
