Jueves 15 de diciembre de 2016
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Muchos creen que Enrique Eduardo RodrÃguez Veltzé fue el presidente solución, aquel que posibilitó la salida a la crisis que estalló con la guerra del gas de 2003 y se prolongó hasta la renuncia de Carlos Mesa, en 2005.
La lucha polÃtica no solo se libró en las calles sino en los escenarios de los tres poderes del Estado. Por eso, no es de extrañar que haya tenido particular fragor en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
En marzo de 2004, el entonces presidente de la CSJ, Armando Villafuerte Claros, cumplió su mandato de dos años. Lo que correspondÃa era elegir un nuevo presidente pero existÃa un impedimento: el artÃculo 117 de la anterior Constitución PolÃtica del Estado establecÃa que "el Presidente de la Corte Suprema es elegido por la Sala Plena por dos tercios de votos del total de sus miembros". En la anterior normativa, la CSJ estaba integrada por 12 ministros asà que eran necesarios ocho para tener dos tercios. Cuando Villafuerte cesó en su mandato, la Suprema tenÃa cinco acefalÃas asà que sólo estaba integrada por siete magistrados. Al no poder elegir constitucionalmente otro presidente, se producÃa la figura del impedimento temporal que, según señalaba el artÃculo 53 de la Ley de Organización Judicial (LOJ) de entonces, daba paso a la suplencia que debÃa ejercer el ministro más antiguo, también llamado decano.