Un tiempo atrás cumpliste quince años, la estación emblemática de la vida. En tu casa no pasaron por alto la significación especial de esa fecha, pero sólo hubo un discreto regocijo íntimo en la familia. Para mis adentros yo pensé: "Esa niña, igual que todas las de su misma edad, debe de lucir muy hermosa; pero ese resplandor es efímero y único. No volverá nunca más".
Otra llamada me puso al tanto de que este año sales bachiller. Adelanto mis felicitaciones; tal vez no pueda asistir a la ceremonia, pero aprovecho el motivo para escribirte. Cuando llegue a tus manos, léela con atención; puede serte útil. Pasado el acto de graduación, en seguida viene el momento de tomar una decisión importante: ¿Qué vas a estudiar? Alguna institución superior ya te espera. A tiempo de trasponer sus umbrales, tienes que saber ya hacia dónde te diriges. "Debemos propender a ser lo que podemos y debemos ser o no seremos un nunca nada". Para algo eres mejor que para otras cosas; en ese campo tienes que ubicarte si quieres ser una profesional competente.
No puedes equivocarte al elegir ni tomar un camino para ir adonde no quieras. Piensa que de tu profesión vas a vivir; ella te proporcionará el pan cotidiano de la vida y debe ser a la vez una fuente de satisfacciones personales. "Al elegir una profesión dice un psicólogo, se escoge simultáneamente un tipo de tareas, una clase de estudios, una forma y estilo de vida, un ámbito de oportunidades económicas, y se dejan de lado todas las otras posibilidades".
No sé cuánto te habrán informado de esto en tu colegio, pero ni con mucho será nunca suficiente. Valdría la pena insistir en dos cosas: debes estudiar lo que realmente te gustaría ser, y seguir una carrera que vas a poder culminar con éxito. El fracaso se produce a veces no por incapacidad sino por haberse equivocado en la elección. Una labor complementaria muy valiosa puede ser la visita al lugar donde habitualmente trabaja el profesional que quieres ser. Observa y habla con él o con ella, despejarás muchas dudas y te acercarás un poco más a la realidad.
Como te darás cuenta, necesitas observarte por dentro y avizorar hacia fuera lo que te rodea. Hay un mercado profesional adonde mañana te incorporarás; estarás obligada a ser profesional y ciudadana al mismo tiempo. En ambos campos hay responsabilidades. Cultiva tu personalidad y fortalece tu carácter; debes ser capaz de todos los esfuerzos y todos los sacrificios. A veces no nos falta tanto la ciencia como esas otras cosas que se aprende en el aula abierta de la vida. Que todos los que te conozcan digan de tí: es una persona muy digna, muy noble y de gran competencia profesional.
Y tus padres nunca dejarán de agradecer a Dios por tan lida hija que salió de sus manos y de las tuyas.
Te saluda, Demetrio.
Escritor y miembro del Pen Bolivia
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