Este mes de diciembre, en casi todos los países cristianos del mundo, es tiempo de encontrar caminos de armonía, concordia, comprensión y unidad entre los componentes del bien común que es el pueblo. El Nacimiento de Jesús siempre es propicio para que, en su recuerdo, se depongan posiciones antagónicas, se confraternice y se encuentren caminos armónicos de solución a los problemas que se enfrenten.
Muchas veces en el pasado hasta hace diez años, los gobiernos han hecho una especie de institución a la amnistía; es decir, disponer que quienes estén perseguidos políticamente, los que no convengan con el régimen imperante, con sus ideas, criterios y políticas, los que han salido del país en forma voluntaria o exiliados por razones ideológicas tengan la oportunidad del retorno, de un volver a los senos familiares a objeto de celebrar, en unidad familiar, las fiestas navideñas y el ingreso a un nuevo año.
El gobierno ha dispuesto, en años recientemente pasados, que se libere de las cárceles a quienes hayan cometido faltas o delitos contra la sociedad y que, previas sentencias judiciales, guarden prisión por determinado tiempo. Son varias las consideraciones que se hicieron para que esas personas puedan lograr la libertad.
Este procedimiento no pudo ser utilizado para quienes no concuerdan con el gobierno y es algo que la sociedad boliviana ha extrañado, especialmente porque nadie concibe que disentir, no concordar ni pensar igual que el partido político que está en el gobierno sea un delito o siquiera una falta leve porque siempre se ha creído que, si vivimos en democracia, la libre expresión y el no sentir como sienten las autoridades o no concuerdan con ellas pocas personas, no implica que logrando su libertad vayan a utilizarla para "complotar" contra el gobierno, además, que no se utiliza en nuestro país desde hace varias décadas .
Armonía y concordia entre todos son necesarias no solamente por la celebración navideña sino muy especialmente porque es urgente que la familia boliviana se una y, en aras de alcanzar los mismos objetivos, se reintegren al país en unidad con sus familiares.
El gobierno, conjuntamente su partido, tiene que comprender que el país es de todos los bolivianos sin distinción alguna y que, en esa condición tienen prioridad quienes sufren y padecen persecución por causas que, muchas veces, nada tienen que ver con delitos o faltas comunes, sino que sus actos se basan en una preocupación por el país y su institucionalidad. Por ello mismo, se debe dictar amnistía y no obrar con discriminaciones, mezquindades o egoísmos que nada tendrían que ver en el actuar político-partidista. La Navidad es tiempo de amor, felicidad y unión para todos los que creemos en Dios y en el prójimo que es el que busca felicidad.
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