Coteor, el cortaúñas y la sobriedad

Si quiere usted oír una homilía de contenido sólido doctrinal, debe concurrir los domingos a nuestra Catedral a la Misa de 11:00 a.m., es la hora en que nuestro Obispo celebra el Santo Sacrificio "pro populo", es decir la "Misa por el pueblo", que los obispos y párrocos deben celebrarla todos los domingos y fiestas de precepto por el pueblo de Dios que tienen encomendado, como lo especifica el Código de Derecho Canónico (c. 388).

El domingo recientemente pasado, Monseñor Bialasik en su sermón se refirió a San Juan el Bautista como modelo de sobriedad.

El Precursor del Mesías usaba un vestido de piel de pelo de camello atado a la cintura con una correa de cuero. Se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Juan el Bautista se conformó con lo imprescindible para vivir: cubrir su cuerpo con unas vestiduras muy corrientes y ásperas; alimentarse con unos insectos amarillentos y de la miel fabricada por otros insectos en los huecos de los árboles o de las peñas.

Las semanas precedentes la ciudadanía ha espectado una campaña bastante llamativa de parte de algunos de los candidatos con una parafernalia del más puro estilo político partidista, donde de parte de algunos, el derroche de recursos era evidente, claro, salvando las distancias entre otro tipo de elecciones.

La ruidosa propaganda de algunos, y la modestia también de algunos otros, contrastaron profundamente en unas elecciones pequeñas pero importantes, ya que se trataba de elegir a quienes conducirán en los dos próximos años Coteor, que sin lugar a dudas, requiere no de un remozamiento decorativo, sino profundo, tanto en lo que respecta al servicio de televisión por cable, y especialmente en lo que tiene que ver su deficiente servicio de internet. Y haría falta asimismo un curso de buenos modales para algunos de sus funcionarios.

Una de las candidatas, la señora Sonia Saavedra, ex presidenta del Comité Cívico de Oruro, después de una sobria campaña para optar por la presidencia del Consejo de Vigilancia de Coteor, ha sido elegida al cargo, sin duda ahora tiene una labor de gran importancia, ya que "el Consejo de Vigilancia es el órgano de fiscalización, de control y de supervisión del correcto financiamiento y administración de la Cooperativa, siendo sus miembros solidaria y mancomunadamente responsables de sus actos", de ahí que me parece muy expresivo el símbolo que utilizó que es el cortaúñas.

¿Qué es un cortaúñas? Todos lo sabemos, es un utensilio para reducir el tamaño de las uñas, y así mantenerlas limpias y a tamaño aceptable. Todos lo empleamos y todos lo necesitamos, sino nuestras uñas crecerían a niveles inaceptables, y si no las limpiáramos mostraríamos unas manos afeadas por la mugre que se junta en uñas largas y que no se las limpió asiduamente.

En sentido figurado, el cortaúñas viene a ser la probidad de las personas, la transparencia en el manejo de los dineros que se le confían, la honradez, la limpieza administrativa, la ausencia de derroche. ¿Cómo podría usar bien los recursos ajenos, aquel que usa mal los suyos?, o ¿cómo podría una persona dirigir una empresa de manera correcta, si en otras áreas de su vida carece de autocontrol?

El autocontrol es una virtud, como todas las demás, que debe ser ejercitada desde la más tierna infancia. Comienza en el hogar esa educación, cuando los padres de familia enseñan a los niños a dejar las cosas en su lugar, a pedir permiso cuando se quiere utilizar algo que no es de utilidad común, a comer lo necesario sin excesos, y a beber sin excesos, y a beber alcohol en la vida adulta, no antes, ya que los niños no se "antojan" bebidas alcohólicas.

La sobriedad no es sólo comer y beber lo necesario sin caer en excesos, la sobriedad tiene que ver con el respeto de los dineros de otros que se me confían para administrarlos: la virtud de la sobriedad "distingue entre lo que es razonable y lo que es inmoderado y utiliza razonablemente sus cinco sentidos, su dinero, sus esfuerzos, etc., de acuerdo con criterios rectos y verdaderos" (David Isaacs, La educación de las virtudes humanas).

"La falta de sobriedad estará en relación a la importancia que cada uno le dé a sus propios placeres y caprichos. Entendemos como caprichos a los deseos superficiales, innecesarios, desproporcionados, sin la reflexión necesaria, que nacen de decisiones momentáneas sin justificación alguna. Como el hacerme la cirugía estética a los ochenta años porque quiero verme más joven, o el mandarme a hacer los zapatos a mi medida, (salvo que tengamos un problema específico), porque ninguna zapatería del país me satisface".

Los cooperativistas esperamos que todos los demás consejeros se coloquen a la altura de las responsabilidades para las que fueron elegidos, y al final de su gestión los socios que formamos parte de Coteor podamos decir que no hubo necesidad de usar el cortaúñas.

(*) german_mazuelo_leyton@yahoo.com