El uso de envases de polietileno, más conocidos como las bolsas plásticas, es sin lugar a dudas un gran negocio para los fabricantes de ese material utilizado en todo los centros de abasto, mercados, almacenes y tiendas de todo tipo para entregar al cliente el producto adquirido.
Las bolsas plásticas las hay de diferente tamaño, color y grosor, en algunos casos como en los supermercados, con una colorida impresión que identifica el negocio y que todo comprador la recibe por la comodidad de tener su mercaderÃa más o menos ordenada y segura hasta llegar al domicilio, donde acumula este material que es en muchos casos reutilizado y finalmente echado al basurero.
Pero se dan otras condiciones cuando esas bolsas son descartadas en la calle, en parques o plazuelas, en los mismos mercados y forman parte de una acumulación de plástico que llegando a bocatormentas, las obstruye y altera la circulación de agua, produciendo rebalse de aguas pestilentes en muchos sectores de cualquiera de nuestras ciudades, pues el mal uso de ese material es una costumbre arraigada en la población, que incluso reclama esos envases de manera airada para manejar lo que compra.
Hay que añadir al desastre de contaminación, el envasado de refrescos, aceites, alcoholes y otros lÃquidos en botellas de cloruro de polivinilo (CPV) y las de polietileno conocidas como PET, que igualmente si no se las recoge y recicla, son un mayor peligro pues el tiempo que tardan en degradarse pasa de los 100 años (un siglo), lo que significa que en tan largo periodo seguirán haciendo daño al medio ambiente y con efecto directo a la salud "limpia" de la población.
En muchos paÃses en que se entiende la magnitud del problema, se ha resuelto el mismo, prohibiendo la fabricación de bolsas y envases plásticos obligando a los negocios al uso de bolsas de papel, yute o tela, para eliminar el material contaminante y dañino. Las bolsas de papel son las más económicas y prácticas para reemplazar a las de polietileno, pero todo depende de las prohibiciones que se apliquen y la disciplina y conciencia ciudadana para cambiar el desastroso panorama de saturación plástica en nuestras ciudades.
Por tratarse de negocios establecidos, se entiende que los mismos no serán liquidados de la noche a la mañana, pero tratándose del cuidado del medio ambiente y en rechazo a tan peligrosa contaminación, las autoridades deberán establecer plazos para frenar el desaprensivo uso del polietileno.
Fuente: LA PATRIA
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