Minería, paso a paso

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Hay algunos escenarios interesantes que se presentan en materia minera, cuando se buscan las condiciones más apropiadas para su crecimiento, sin embargo, lo que se aprecia es justamente un efecto contrario a ese propósito debido a la carencia de elementos concretos, efectivos y prácticos para poder dinamizar un repunte de este importante sistema productivo.

Para empezar, pasa mucho tiempo desde que los mineros asalariados, a poco de imponerse la caída de precios internacionales en los minerales, plantearon como parte importante del sostenimiento minero, la reestructuración de la Corporación Minera de Bolivia, la "estatal minera" que debía encargarse de planificar y desarrollar los planes de producción minera en el sector estatal, utilizando para el efecto todas las condiciones a su alcance, técnicas y humanas, para crear una renovada estructura que reactive la minería, fortalezca la metalurgia y abra las condiciones propicias para llegar a la siderurgia, condiciones que en pleno desarrollo, permitirían concretar el "salto" hacia la industrialización del sector.

No se trata sólo de emitir enunciados ilusorios, si no se dan primero las condiciones reales para reemplazar los tradicionales y casi agotados yacimientos, por otros nuevos, renovados y debidamente implementados para incrementar los niveles productivos de concentrados y estos convertidos en metálicos con valor agregado para exportación, además de implementar un sistema industrial nacional que utilizando esa materia prima de las fundiciones, fabrique una variedad de productos que hasta ahora importamos de países vecinos que, irónicamente, tienen menos minerales que nosotros, pero importan nuestros metálicos, que nos devuelven transformados en productos de ferretería, herramientas o materiales de construcción.

Son varios pasos que hay que dar, pero sin saltos abruptos que nos llevarían al fracaso en planes de una planificada industrialización de nuestros concentrados, primero y del uso de nuestros metales, luego, abriendo un rubro industrial de grandes perspectivas, con muchas fuentes de empleo y un proceso transformador de nuestra economía.

Lo que ahora corresponde es que las autoridades del área minera, pasen a la práctica de la producción minera, en base a una política "agresiva", si vale el término, para exigir o conseguir financiamientos y encarar la prospección y exploración de nuevos yacimientos, es lo más urgente en la perspectiva minera.

En tanto que, de una buena vez, debe definirse la política minera nacional, con una reestructurada Comibol, profesionalmente respaldada y en condiciones de aplicar un verdadero plan de reactivación, pretender saltar etapas, sería una aberración técnica imperdonable.