Domingo 27 de noviembre de 2016
ver hoy
El Presidente Evo Morales tomó una decisión revolucionaria. Decidió bombardear las nubes con agua a fin de que produzcan lluvia en las áridas regiones de la sequÃa.
Ha descubierto que gobernar no consiste solamente en cosechar lo sembrado por otros y que, a veces, cuando las cosas se ponen difÃciles, hay que sembrar, incluso agua.
El descubrimiento llegó después de que el presidente habÃa avistado, sin mucho esfuerzo a pesar de su conocida miopÃa, con solo una caminata, una laguna virgen en la región de donde sale el agua para La Paz. Su vista resultó más aguda que los defectuosos lentes del satélite chino que le costó al paÃs 300 millones de dólares. Eso es tener un presidente con visión aguda.
Preñar las nubes con agua es una idea muy buena. PodrÃa llevar a que, con el mismo criterio, el gobierno se proponga descubrir algún yacimiento de gas, o hacer algo que muestre su iniciativa propia para mostrar que se puede valer por sà sólo.
¡Las veces que el presidente podÃa haber ido a pasear por la cordillera real y descubrir, a ojo pelado, otras lagunas vÃrgenes en lugar de estar inaugurando improductivas canchitas de fútbol en el paÃs! ¿Te has dado cuenta de cómo cayó la calidad del fútbol boliviano como consecuencia de las canchitas que fueron cubiertas por el plástico verde y convertidas en predios cerrados en estos diez años?