Nuevas fuentes de agua

Racionamiento de agua en la ciudad de La Paz, situación que soporta hace años la urbe cochabambina y sequía en otros departamentos, es el panorama desolador que ha llevado a mucha gente a la preocupación por la escasez del líquido elemental que parecía que jamás se agotaría.

Se han barajado muchas versiones acerca de la escasez del "oro cristalino", se ha culpado la ineficiencia y falta de previsión del Gobierno, en las redes sociales se ha criticado el hecho de que somos el único país de la zona que tiene un Ministerio de Agua y no contamos con el suficiente líquido elemental para abastecer a la población, se han hecho muchas conjeturas.

Tampoco basta con racionar o cuidar el agua del derroche, si bien son acciones positivas que nos ayudarán a preservar el recurso natural por algún tiempo más, no es la única solución, debemos hacer funcionar nuestro cerebro y buscar nuevas fuentes de agua.

Lo irónico es que cuando se presenta una sequía, a través de los planes de contingencia de los gobiernos nacional o departamentales se entregan semillas a los afectados, pero si no hay agua qué se puede hacer, ¿serán útiles las semillas?

Si bien la ciudad de Oruro se abastece con agua subterránea de los pozos abiertos en Cala Caja, que a su vez tienen como fuente de abastecimiento las cumbres nevadas cercanas, también son susceptibles de secarse o agotarse, por lo que es menester y urgente pensar en buscar nuevas formas de conseguir el líquido vital.

Se tienen dos experiencias exitosas de recolección de agua, una es en el desierto de Atacama en Chile, donde se extienden unas mallas que captan el rocío y la humedad del ambiente y los transforman en agua, son los famosos atrapanieblas. También el invento del arquitecto italiano, Arturo Vittori, que son unas torres de bambú que captan la humedad del medio ambiente o de las lluvias, y lo recolectado se convierte en agua potable.

Y para hacer sostenible esta fuente de agua es necesario forestar las zonas que se desea que adquieran mayor humedad, ya que se ha descubierto que donde hay bosques el clima es más susceptible de producir lluvia y no al revés como se ha creído por muchos años, pues para plantar árboles no es necesario que se tenga gran cantidad de agua, puesto que gracias a los esudios realizados por científicos se comprueba que se pueden usar métodos de riego por goteo y otros, que lo demuestran.

Estas son sólo algunas sugerencias de lo que se puede hacer, al menos en la zona del altiplano, que de por sí es árida y seca, pero puede transformarse con la intervención positiva de los humanos.

Fuente: LA PATRIA