Jueves 24 de noviembre de 2016
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La elección del señor Donald Trump como presidente de Estados Unidos es el resultado de una veraz disciplina democrática que por años persiste en el paÃs del norte para ejemplo del mundo entero.
Ese resultado provoca una viva impresión en el ánimo del espacio económico al estimarse que la polÃtica norteamericana en ese rubro, será mucho más amplia y de estrecha relación con todas las naciones, especialmente con aquellas que relanzan su aparato productivo.
Conforme se apreció en el movimiento financiero del orbe, particularmente en Sudamérica, a pocos dÃas de esa nominación, ya se habla de una hermandad de acciones que lleven a rebajar impuestos y aranceles para posibilitar mayores fuentes de trabajo dinamizando el renglón industrial, regenerar los centros mineralógicos, afianzar la producción de gas y petróleo sin olvidarse del litio, como fuentes de ingreso de divisas.
Todo este operativo, permitirá lograr la atención del nuevo gobierno estadounidense desde el momento en que el magnate norteamericano expresó su deseo de mejorar el capÃtulo de libre comercio, abriendo canales por los cuales hará que el flujo comercial entre Latinoamérica con Estados Unidos, sea altamente positivo.
