Miercoles 23 de noviembre de 2016
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Algo está mal en el sector lechero del país, que los productores quisieran vender sus vacas y los empresarios quisieran vender la industria.
Los consumidores miran este espectáculo con cierta indiferencia, seguros de que, por lo menos al menos, la leche no tendrá un volumen mayor de agua porque los dioses están enojados y, además, las autoridades del gobierno tienen cosas mucho más importantes que tratar, antes de ocuparse del agua. Además, los consumidores tienen alternativas para consumir la leche, gracias a que la Aduana no controla la frontera y los países vecinos quisieran construir lecheductos hacia Bolivia. Aquí la leche boliviana cuesta casi tres veces más que en los países vecinos.
El debate entre lecheros y la industria es intenso pero ninguno de los dos sectores quiere mencionar el problema principal, quien sabe porque el gobierno se los ha prohibido.
La última oferta de la industria a los productores es pagarles Bs. 3,15 por litro, lo que parece una miseria pero no si la comparas con el precio de la leche en los países vecinos. Lo que ofrece la industria equivale a 44 centavos de dólar.