Un análisis sobre la situación fronteriza de países sudamericanos muestra con alarmante realidad que en la mayoría de estos el narcotráfico sentó bases y extendió su tránsito en unos más que en otros, pero comprometiendo en todo caso la seguridad de extenso territorio generalmente poco poblado y por lo mismo desguarnecido, como sucede en nuestro país, demostrándose que gran parte de la frontera boliviana es vulnerable al narcotráfico.
Una reunión de países del Cono Sur sobre Seguridad de Fronteras que se efectuó no hace mucho en Brasil, permitió conocer ciertos detalles sobre programas de control fronterizo, especialmente para frenar la incursión del narcotráfico que avanzó peligrosamente en la región sur de nuestro continente, como si se tratase de un puente hacia destinos de Europa o Estados Unidos.
El hecho es que por su posición geográfica, nuestro país tiene una amplia frontera que lo separa de varios vecinos, por un lado el caso de Brasil en gran extensión, con menor incidencia territorial en el caso del Paraguay, hacia la zona sur con la Argentina y en el otro sentido la frontera con Chile y Perú, en todos los casos se reconoció que hay necesidad de extremar esfuerzos para ejercer control directo en cada país en una lucha abierta al tráfico de drogas que se maneja por bandas de una delincuencia organizada internacionalmente y que sabe muy bien de los puntos débiles en materia del control que ejercitan los países de la región.
En el caso boliviano, la situación es alarmante, pues se trata de una frontera de 6 mil 834 kilómetros lineales, que rodean propiamente todo el país, reconociéndose que en muchos puntos hay movimiento delincuencial, no sólo con tráfico de drogas, también con tráfico de armas, de personas y un acentuado robo de vehículos que pasan por más de una frontera para su comercio ilícito.
El asunto de manera general preocupa a los países del Cono Sur y a la comisión de Seguridad Fronteriza que expuso la problemática, para buscar soluciones que sean coordinadas de manera conjunta entre gobiernos, para ampliar programas que se cumplen, pero de manera aislada y con poca efectividad en su fin de liquidar especialmente el narcotráfico.
Bolivia a través de su ministro de Gobierno, que fue parte de la reunión internacional planteó acciones concretas de coordinación binacional para encarar una labor conjunta de países dirigida a frenar la incidencia delictiva que también tiene carácter mundial por sus amplias ramificaciones.
Si bien la mayor parte del delito se registra en la extensa frontera que compartimos con el Brasil, no deja de preocupar que en la inmediata instancia, se menciona la parte fronteriza con Chile y en la misma entra la territorialidad de los departamento de Oruro y Potosí, al señalarse varios puntos como Cajones que también vincula a la Argentina, pero los otros corresponden a Estación Avaroa, Pisiga, Todos Santos, Tambo Quemado y en el límite con La Paz, Charaña.
La explicación, en realidad ratifica algo que ha sido preocupación de hace mucho tiempo, dadas las circunstancias de haberse detectado incluso depósitos de droga en poblaciones de nuestro distrito muy próximas a la frontera con Chile, una situación realmente preocupante, pero que entrará en el plan de control fronterizo, con la presencia de elemento militar y policial, que en poco tiempo más tendrán modernas construcciones, debidamente implementadas para "sentar soberanía", y luchar abiertamente contra todo tipo de delitos que vulneren el territorio.
Fuente: LA PATRIA
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