Si a los gobiernos de corte liberal se les endilgó de corruptos, con los socialistas del siglo XXI tenemos un auge de la corrupción.
La web chilecorrupción.com da cuenta de los devaneos capitalistas de los lÃderes de los partidos que conforman el actual gobierno chileno, incluidos Guillermo Teillier, Presidente del Partido comunista de Chile y otros jerarcas de la actual izquierda de dicho paÃs.
Corrupción es una palabra de moda, un temido vocablo, porque expresa la degradación en la que se debate nuestra sociedad, desde los altos mandos polÃticos hasta las clases más modestas.
El Papa PÃo IX, en 1873 advertÃa: "No faltan algunos que intentan poner alianza entre la luz y las tinieblas, y mancomunidad entre la justicia y la iniquidad a favor de las doctrinas llamadas católico-liberales. Los que tal hacen, de todo punto son más peligrosos y funestos que los enemigos declarados porque, encerrándose dentro de ciertos lÃmites, se muestran con apariencias de probidad y sana doctrina para alucinar a los imprudentes amadores de conciliación, y seducir a las gentes honradas que habrÃan combatido el error manifiesto".
Alberto Caturelli señala que "tanto el liberalismo extremo (ateo), como el liberalismo moderado (deÃsta) como el liberalismo muy moderado ("cristiano"), admiten una zona (el orden temporal) de autosuficiencia del hombre: El primero porque niega la existencia de un orden trascendente al temporal; el segundo porque lo ignora y el tercero porque lo separa. En el orden práctico, viene a resultar lo mismo", que el Papa PÃo XI lo condenó dándole el nombre de laicismo, y el mismo pontÃfice advertÃa que del liberalismo nacen, como hijos suyos naturales, el socialismo y el comunismo (cf.: EncÃclica, Divini Redemptoris).
El gasto excesivo y el despilfarro son formas de robar, asà como el contrabando, ocultamiento, apropiación indebida del fruto del trabajo ajeno, administración pública de la justicia por móviles ajenos a ella: polÃticos y económicos.
Aprovechamiento de posiciones administrativas para ventaja propia, manejos en los Medios de comunicación social, a base de sobornos hábiles o para objetivos ajenos a la verdad.
Supeditación peligrosa de la estabilidad de la paz, de la economÃa nacional y del bien común a logros parciales de partidismos polÃticos y de ambiciones personales, sin miras superiores.
Por eso hemos de deponer nuestra convicción falsamente adquirida de que sólo son ladrones los que usan ganzúas para abrir puertas ajenas, los que dan tirones para arrancar carteras de las manos de los demás, o los que meten las manos en el bolsillo del otro, para calentarla al contacto con bienes que no son propios.
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