Dependencia de imperialismos

Nuestra marcada dependencia económica, resultado de la restringida condición productora, basada en la explotación y exportación de nuestros recursos naturales, petróleo, gas y además de minerales, materias primas que nos compran cuando y como quieren los países industrializados, hace que tengamos que admitir nuestro sometimiento a sistemas "imperialistas", así de claro en la explicación que corresponde cuando entramos en un proceso preocupante por la fuerte injerencia china en nuestra economía.

Nuestra historia está ligada a la presencia o intervención de ciertas corrientes capitalistas que aprovecharon diversas circunstancias para obtener grandes beneficios con la explotación y compra de nuestras materias primas obligando a nuestro sistema político a exportarlas en condiciones ventajosas para los compradores a cambio de imponer ciertos productos industrializados para uso o consumo en nuestra débil estructura productiva.

La lucha de tiempos recientes tiene que ver con un abierto rechazo al "imperialismo del norte", muchas acciones se desarrollaron en materia política, hasta la expulsión de un embajador, a vuelta de correo nos quedamos con la suspensión de ciertas "preferencias arancelarias" que no son repuestas aún y sigue limitado el comercio de producción boliviana con el país imperial.

Ningún mercado externo, ni siquiera el muy amigo de Venezuela ha podido reemplazar la pérdida del mercado del norte y en esas condiciones nuestra industria textil y la de cuero siguen confrontando dificultades productivas y de comercialización.

Lamentablemente, los problemas se acrecientan para los sectores de la mediana y pequeña industria, de las Mypes en general, no sólo porque se liquidó un mercado con facilidades en un país imperialista, sino que desde hace algún tiempo otro poderoso imperio atenta contra nuestro sistema productivo y lo hace con toda su fuerza, porque sus productos llegan por vía legal, pero también de contrabando y saturan todos los mercados del país, es la movida del imperialismo chino.

En ese contexto que además es permisible en la estrategia de relación que mantiene nuestro gobierno con el asiático, estamos bajo un dominio indirecto de un fuerte sistema capitalista que pesa bastante, daña nuestra industria y comercio y lo que es peor, limita cierta condición social, cuando también se compite en fuentes de empleo con personal chino que se incorpora en proyectos que ese país controla en el nuestro.

Para ciertos analistas y expertos en economía la situación de nuestro país, si bien se mantendrá como ejemplo de crecimiento en la región, no estará exenta de seguir también bajo una presión indudablemente fuerte y severa de condiciones que aplica la China, con su presencia en el país, especialmente en el orden crediticio, pues nuestra deuda ya es considerable, además de su abierto comercio legal e ilegal y la incursión en diversos proyectos, camineros, mineros y de otro orden, donde predomina el modelo de fuerza que nos impone otro imperialismo.

Fuente: LA PATRIA