A tiempo de celebrarse 206 años de la creación del Ejército Boliviano, se destacó un hecho considerado trascendental y es que después de muchos años se decidió encarar el repotenciamiento del Ejército, con la adquisición de 40 vehículos cero kilómetros, de procedencia japonesa, debidamente equipados para cumplir tareas en las extensas zonas fronterizas del país. Los motorizados de nuestras Fuerzas Armadas están considerados como obsoletos, pero aún así cumplirán todavía algunas labores en las ciudades.
Se complementa la tarea de modernizar el aparato militar nacional con la dotación de modernos equipos de comunicación que permitirán un sistema de interrelación directa entre las unidades castrenses, cubriendo áreas particulares en las zonas más apartadas del país, donde centenares de kilómetros están desguarnecidos y donde ahora modernos vehículos, debidamente implementados, cubrirán el resguardo fronterizo, tarea que resultaba difícil de cumplirla por la carencia de motorizados y adecuados equipos de comunicación.
De acuerdo al informe de las autoridades superiores de las FF.AA., la compra de los 40 motorizados y los equipos de comunicación, demandaron un gasto de casi 20 millones de bolivianos, financiados directamente por la institución militar.
Los actuales jefes militares reconocen el atraso en la implementación de equipos de comunicación, pues los que todavía funcionan datan de la década de los años 50 y 60, fueron objeto de donativos especiales. En la actualidad será renovado todo el sistema y los nuevos equipos garantizan una eficiente comunicación a largas distancias, gracias a su incorporación satelital como exige la ubicación de nuestra aislada zona de frontera en el país.
Lo importante es que la modernización de las FF.AA., avanza de manera coordinada y ampliando el radio de acción de las unidades castrenses de manera especial hacia las zonas de frontera, donde se instalan puestos militares y se mejora la presencia militar sentando soberanía y mostrando el crecimiento de su implementación estratégica, vehículos y comunicaciones.
La ciudadanía se siente segura si sus fuerzas militares están donde corresponde, resguardando la territorialidad y luchando además contra elementos dañinos y perjudiciales al desarrollo, tales como el narcotráfico, el contrabando, y el avasallamiento territorial.
Las Fuerzas Armadas, necesitan de infraestructura apropiada para desarrollar sus tareas de control, además una buena dotación de armas y el complemento sumamente importante de vehículos y equipos de comunicación. Esos aspectos se están cumpliendo paulatinamente y por supuesto que tales planes satisfacen a la colectividad, pensando en una fuerza castrense al servicio de la nacionalidad, en defensa de la soberanía y en acción directa para defender la seguridad ciudadana.
En muchas ocasiones se cuestionó la responsabilidad de las FF.AA., por su concentración principal en los centros urbanos, demandando que su presencia era más urgente y de efectividad defensiva en las zonas fronterizas. Se reclamaba el hecho, pero no se las dotaba de la infraestructura necesaria, como debió suceder para crear las condiciones apropiadas de tal permanencia en los límites del país.
Hay cosas que cambian en función de necesidades estratégicas y en el cumplimiento de una normatividad que es la esencia misma de la vida de las Fuerzas Armadas de una nación. En el caso de del Ejército nacional, satisface saber que va ocupando el sitial que le corresponde, allí donde su ubicación es sinónimo de seguridad y factor preponderante en la defensa de nuestros recursos naturales y nuestra plena soberanía. Los efectivos militares merecen atención de preferencia para cumplir sus funciones con lealtad y civismo.
Fuente: LA PATRIA
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