Los últimos acontecimientos demuestran que no todo es color oro para el MAS. Al parecer ya pasó la etapa emotiva y festiva del "instrumento" que durante cuatro gestiones parecía encaminarse realmente a un cambio palpable. Pero tal cambio no parece llegar o está tardando mucho en hacerlo.
Hubieron cosas interesantes en estos pasados cuatro años, pero también cosas incoherentes como aquella promesa de no tener ningún muerto, pero a estas alturas el gobierno ya carga con algo más de 60, producto de diversas convulsiones que no pudieron ser manejadas con mayor criterio.
Con un gobierno revolucionario, popular y de izquierda, las cosas deberían marchar de diferente manera, paro todo nace ver que muchas actitudes son recurrentes como en los tiempos del neoliberalismo.
SINTOMAS PREOCUPANTES
Las últimas elecciones, si bien en números totales muestran, ciertamente, un triunfo para el MAS, analizando las cosas en detalle, muestran descontento en varios sectores.
El MAS no pudo ganar en la llamada media luna, aunque sí lo hizo en Pando, con escasísimos 120 votos, producto del traslado de gente andina a aquel departamento.
Ciudades capitales de departamento (La Paz, Sucre, Oruro, Potosí) se expresaron a través de la elección municipal que están en otra línea, aunque a nivel de prefecturas el voto consigna del campo dio el triunfo al MAS.
Un dato interesante: Achacachi, bastión de los ponchos rojos, que en el referéndum le dio un 80 por ciento de apoyo a Evo, ahora le dio la espalda con un raquítico 20 por ciento, expresando así descontento por candidaturas impuestas a dedo.
Félix Patzi, el académico aymara que no pudo ser sostenido en la postulación a la gobernación paceña, ahora se convierte en el más ácido crítico del quehacer gubernamental y afila sus posibilidades para el 2015.
El conflicto de Caranavi, muestra descontento y don Fidel Surco ya sufrió la quema de las oficinas de su flota. Esto es paradójico: el MAS probando su propia medicina.
El magro incremento salarial ofrecido a la clase trabajadora también hace ver que hay un retroceso en el cambio. Se repite el discurso neo liberal negando la subida de precios y asegurando que no hay más recursos en el tesoro. El ministro de educación Aguilar, repite el eterno discurso neo liberal de antaño, señalando descuento a los maestros que no trabajen y declarando ilegales los paros.
Esto último resulta irónico, si notamos que el MAS tuvo un origen sindical. Luego, ellos deberían comprender y aceptar las movilizaciones, los paros y los bloqueos como legítima estrategia de las clases populares para reivindicar sus derechos
NADA CAMBIA
Las huelgas obreras son minimizadas, se asegura que muy pocos las acatan, se persigue a la dirigencia, se golpea, se detiene, se descuenta, se amenaza, se ironiza y hasta se burla respecto a los afanes de los obreros y trabajadores al movilizarse.
Que cómodo resulta opinar, sobre el hambre y los salarios del pueblo, encumbrados en las prerrogativas y ventajas del poder.
Acertadamente los trabajadores opinan que su Excelencia ya no conoce de necesidades, pues tiene todo a disposición dentro de palacio. ¿Recogerá el Presidente su sueldo cada mes?, ¿gastará algo de ese sueldo?, ¿en qué lo gastará?.
En fin, lo mismo de lo mismo, parecen tiempos de un populismo revolucionario neoliberal, aunque esto suene a absurda aberración.
¿Acabará esto el 2015? Acaso antes, si se cumple la profecía maya, que terminará al mundo el 2012. Tiempo al tiempo.
(*) Comunicador Social
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