Miercoles 16 de noviembre de 2016
ver hoy
Editorial y opiniones
Libertinaje y caos, malos caminos en democracia
16 nov 2016
Armando Mariaca V.
Largas experiencias muestran a gobernantes y gobernados que los extremos nunca benefician a los pueblos; que el libertinaje, confundido con goce de la libertad y menos el caos pueden ser factor de desarrollo y solución de los múltiples problemas; sin embargo, hay persistencia en varios grupos sociales e instituciones cívicas en recurrir a los extremos con huelgas, paros, manifestaciones, marchas y bloqueos con el objeto de obligar al gobierno o a las gobernaciones y alcaldías para que satisfaga sus exigencias.
Muchas veces se ha sostenido: "el pueblo sabe lo que quiere porque está compenetrado de sus deberes y obligaciones y no es partidario de las posiciones extremas"; pero, la realidad muestra, a diario, que todo ese conocimiento y experiencias no sirven y, al contrario, se abusa cada día de factores de presión para buscar que las autoridades nacionales o departamentales cumplan con ellos.
Son muchos comités cívicos, conformados mediante decisión de pocas entidades gremiales y sociales y no mediante el voto popular, los que buscan que "las autoridades hagan lo que a ellos conviene"; en otras palabras, hay intereses creados sea de grupos políticos, regionales y hasta personales que buscan anarquizar al país y, para ello, ejercen el libertinaje. No hay un mínimo de conciencia y menos responsabilidad consigo mismos para exigir hasta lo imposible; se cree, absurdamente, que las autoridades deben satisfacer las mínimas exigencias o, de lo contrario, "atenerse a los extremos, a ultimátums y plazos hasta llegar a las últimas consecuencias" que, jamás se sabe cuáles son porque a nadie se le ha ocurrido explicar y, si hubiesen enfrentamientos con víctimas que resulten muertos o heridos, tal vez se reflexione en alguna forma y se entienda que los extremos sólo causan agravamiento de los problemas y hasta dolor y lágrimas en muchas familias.