El hombre, como cualquiera de nosotros, no está solo en el mundo, sino que se enfrenta diariamente a una diversidad infinita de otros-yo, cada uno con su modo de ser y estar siendo. Dice al respecto Nicol: "El hombre puede ser distinto de como es, y en esta distinción gana su propia mismidad (...) El hombre no tiene ya definida originalmente, la modalidad de su existencia. Su existencia define su ser".
El hombre es carencia y, a la vez, tendencia de plenitud, razón por la que es un ser menguado mismo que se evidencia en la comunicación, de ahà que "la comunicación es como la manifestación de nuestra condición menguada". Para Nicol se sabe que la sola presencia del hombre comunica y comunica, por ejemplo, pintando, trabajando, jugando o amando; sin embargo la primera modalidad de la comunicación es la verbal, porque lo humano (y lo no humano) está contenido en la palabra, por lo que el logos (palabra) desarrolla aquà una doble función ontológica: i) somos hablando y, a la vez, ii) entregamos el ser al otro mediante la palabra reclamando diálogo; asà hablamos del ser y desde el ser; es decir, somos el ser de la expresión.
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