La justicia, prioritario valor de un buen gobernante
13 nov 2016
Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo T.
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Siempre se calificó de justo y legÃtimo lo que fue ordenado por la ley; tal es la esencia de la justicia y su antinomia es la estructuración de la corrupción y que los contenciosos jurÃdicos no se conduzcan según el procedimiento, ya que la mayorÃa de los que imparten justicia ya tienen el alma corrompida por el mercado de influencia y de prebendas, las cuales no se animan a rechazar dignamente por la pasión de la codicia, reservándose, con esa actitud, el condigno castigo para el futuro.
Cuando los fiscales son experimentados, diligentes y humanos, cargados con el peso agradable del conocimiento, tienen como misión primordial averiguar, comprobar y realizar las necesarias presunciones in situ para obtener de lo conocido lo desconocido que apunta la aproximación a la verdad. Averiguar a profundidad los situarÃa en el ámbito de la solidaridad con los derechos del presunto imputado y, esa difÃcil tarea, los libera del cargo de conciencia y el remordimiento de no haber agotado las vÃas de comprobación de los indicios existentes.
Aquà en Bolivia los fiscales no realizan esta inderogable obligación sino que buscan rápidamente imputar para que se inicie el contencioso: entonces, no son fiscales en el sentido estricto de la acepción que tiene su origen etimológico en la fiscalización que, en la práctica, es abstraer, dividir los hechos y analizarlos uno a uno hasta estar convencidos de la veracidad, es decir, realizar la separación mental de las circunstancias del hecho y sus relaciones con los objetos; de esta forma inteligente se estructura la separación como el resultado, y en este proceso es imprescindible que el fiscal haga caso omiso de las posibilidades subjetivas del ser humano. No sucede esta situación ideal para la justicia en Bolivia pues los fiscales sólo visualizan como objetivo inmediato la imputación, a sabiendas que no se ha realizado prolijamente todo el proceso obligatorio que se detalla. AhÃ, casi con certeza meridiana, reside la injusticia en la justicia.
Cuando se trata de elaborar una sentencia, los jueces, en penosa mayorÃa, se dejan alucinar por la retórica aduladora que utilizan numerosos abogados, además de la pluralidad de testigos dispuestos a declarar lo que se les prescribe.
La pertenencia inherente a la justicia que debe demostrar todo juez en sus juicios y resoluciones y, por ello, ningún mal acarrearán, si son realmente hombres de bien y se consagran a la práctica de la virtud de aplicar la norma jurÃdica en su correcta interpretación, siguiendo lo que prescriben nÃtida y perceptiblemente los condicionantes de la lógica jurÃdica formal: estudiar, examinar, fundamentar y sistematizar la norma jurÃdica.
La retórica se la puede utilizar siempre en sujeción estricta a la norma jurÃdica, a las exigencias de la prueba y en obsequio a la justicia, siendo incontestable la dimensión de importancia que asume un profesional en leyes cuando se lo inviste con la calidad de juez, debido a que decide sobre el destino del prójimo, que le impele a vivir y morir en la práctica y aplicación correcta de la norma jurÃdica y las demás virtudes que deben concurrir ineluctablemente en un juez.
Abogado Corporativo, postgrado en Arbitraje y Conciliación, Doctor Honoris Causa, Escritor
Fuente: Por: Raúl Pino-Ichazo T.
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