Domingo 13 de noviembre de 2016
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La falta de acceso al agua potable causó la muerte de más de trescientos mil niños en 2015, según ha informado Naciones Unidas (ONU). Además, casi trescientos veinticinco millones de personas están en riesgo de contraer enfermedades por la creciente contaminación del agua, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Los derechos al agua potable y el saneamiento son imprescindibles para conseguir otros derechos fundamentales, como el derecho a la vida, a la libertad y a la dignidad. La realidad muestra una escasez cada vez mayor de recursos hídricos para consumo humano, que afecta en mayor medida a poblaciones pobres.
África, América Latina y Asia son los tres continentes en los que más ha aumentado la contaminación de las aguas. Pnuma advierte de que esto conlleva un posible aumento de la desigualdad, debido a que tiene mayores consecuencias en las personas más vulnerables, como son mujeres, niños y ancianos.
Son muchas las personas que luchan para que el acceso al agua limpia y saneada sea una realidad para todos los seres humanos. La ONG Oxfam Intermón, organiza las carreras Trailwalker, para intentar cambiar la situación. Las pruebas tienen como fin recaudar dinero para luchar contra la falta de acceso al agua potable y contra la pobreza.