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Sábado 12 de noviembre de 2016

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La mente

12 nov 2016

Fuente: lagnosisdevelada.com

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Platón expuso en su Mito de la Caverna de un modo muy claro qué es la mente. Nosotros aludimos a ese mismo Mito de la Caverna, pidiéndole permiso a Platón para actualizarlo.

Supongamos que estamos en un cine. Las luces están apagadas y la sala en silencio. No recordamos nada anterior a esa sala de cine. Miramos la pantalla e inmediatamente entendemos que esa es la realidad, no existe otra verdad que eso que estamos viendo y viviendo.

Ahora de pronto, se encienden las luces. ¿Qué estaríamos mirando? ¡Una pantalla blanca y lisa! ¿Dónde está la realidad? Justamente a nuestra espalda, en el fondo de la sala, en un rollo de película. Eso es nuestra mente: una pantalla donde se proyectan las escenas de nuestra vida.

Y ¿qué es nuestra vida? Nuestra vida entera está contenida en un rollo, una película grabada con los personajes, escenas, amores, traiciones, envidias, sacrificios y todo el largo etcétera de sabores y sinsabores, el guion completo de nuestra historia contenido en un rollo.

Para descubrir esa verdad necesitamos darnos cuenta de que no tiene sentido entender la realidad como la proyección de la misma. Comprender que la materia es resultado de la densificación de la energía es tanto como comprender que cada acontecimiento de nuestra vida tiene un sentido.

Y eso es el tiempo, ese rollo recogido sobre sí mismo; una dimensión o estado de las cosas donde el ayer y el mañana se reúnen en un eterno "ahora"; allí donde está escrito el guion completo de la existencia de todas las cosas.

¿Y la vida? La vida es exactamente la proyección de ese guion, de todo eso que somos, en el escenario de la existencia, es decir, en la mente.

¿Cuál es entonces el sentido de la existencia? Modificar ese guion. Lógicamente jamás podríamos modificar el guion de nuestra existencia, es decir, todas las escenas de ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, amores, deseos, entregas, sacrificios, etc., etc., etc.; si no proyectáramos la película.

Con una particularidad: al proyectarla contamos con la Ley del Libre Albedrío, es decir, somos libres de modificar ese guion. Al modificarlo hacia mejor, vamos eliminando tantas escenas, tantos actores, tantas leyes como nos atan y nos obligan a repetir una y otra vez el escenario de la existencia, y nos vamos liberando poco a poco de eso que podemos llamar "la pena de vivir".

Por el contrario, si nos entregamos a los vicios y a las pasiones, a las escenas de ira, Egos pendencieros, lujuriosos, etc., nos atamos cada vez más a la existencia, firmamos más y más letras kármicas que nos llevarán a repetir el ciclo de nuestra vida pero con escenas cada vez más densas, inferiores, enterrándonos cada vez más en el escenario de la materia.

Entendemos ahora científica y prácticamente lo que quiso decir Immanuel Kant al afirmar "Lo exterior es reflejo de lo interior".

Y entendemos ahora también por qué todas las antiguas tradiciones comprendieron el tiempo de un modo cíclico, redondo, repetitivo.

Llegados a este punto cabe plantearnos: observando un universo tan magnífico como este que nos rodea, en el que cada constante (número Pi, Número de Avogadro, aceleración gravitatoria, constante de Planck, etc.) está ajustada de un modo tan exacto que la más mínima variación haría que el universo colapsara o se disgregara; donde los planetas se mueven de un modo tan increíblemente perfecto y precioso, en la gran danza cósmica de giros, rotaciones, traslaciones?; formando ciclos y más ciclos cada uno milimétricamente encajado en un ciclo superior?; ¿cómo podemos pensar que nuestra vida es azar, casualidad, nada??

Fuente: lagnosisdevelada.com
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