Sábado 12 de noviembre de 2016
ver hoy
DÃas atrás un amigo mÃo, recibió la visita de su novia de nombre Gaviota que llegó por primera vez desde el hermano paÃs del Perú, el objetivo del viaje era solamente el de consolidar su relación sentimental, su estadÃa en suelo orureño tuvo una duración de tres dÃas lo necesario para que pueda conocer mi Oruro.
Poquito antes de retornar a su paÃs de origen tuve la oportunidad de dialogar con ella y le pregunte por curiosidad, que tal tu viaje, a lo que ella me respondió serenamente: es bonito este lugar, con sus calles tranquilas y limpiecitas, el aire es puro a lo que veo las personas son educadas y amables, todo es muy distinto al lugar donde yo vengo (Perú) allá el ritmo de vida es más agitado, no hay tranquilidad en las calles ni de dÃa, peor de noche, las personas casi siempre estamos a la defensiva, el aire que respiramos nos dañan los pulmones por el humo de las movilidades, la garganta y los ojos se nos irritan a causa de la contaminación ambiental, es normal ver a los adolescentes en las calles como desperdician su tiempoÂ?
Mientras ella seguÃa hablando me puse a pensar y dije que bonito habla la peruchita de mi Oruro! Cuando ella terminó de relatar, aproveché para decirle ojalá puedas venir al Carnaval de Oruro, tal vez en algún momento porque dicen que es el mejor de Bolivia! Rápidamente le respondà es el mejor del Mundo, entonces por la premura del tiempo tuvimos que despedirnos porque ella tenÃa que retornar a su paÃs.
Ya por la noche en la soledad de mi habitación me puse a reflexionar en las palabras de la peruanita y sonriente me dije: Que suertudo soy, vivo en una ciudad donde aún se respira tranquilidad, donde mantenemos las buenas costumbres, donde nos estamos esforzando por mantener limpia nuestra ciudad, además soy parte de la mayor expresión cultural del mundo que es nuestro majestuoso carnaval, ojalá todos los habitantes que vivimos en la alta tierra de los Urus aprendamos a valorar el lugar donde moramos, esta linda ciudad que nos brinda muchas cosas y sólo nos pide cuidarla y amarla. Como vivir sin agradecer a la vida por el regalo de ser habitante de esta hermosa ciudad.