A principios del pasado mes de octubre, en este mismo espacio nos referimos a la decisión de la Aduana Nacional (ANB) de Bolivia y las autoridades militares para crear la nueva Unidad de Control Aduanero (UCA) que apoyaría las tareas de control y lucha abierta contra el contrabando, una de las más graves acciones ilícitas que por el poder asociativo de sus miembros rebasó las tareas de la ANB y de su brazo de apoyo el Control Operativo Aduanero (COA).
En anteriores ocasiones también nos hicimos eco de algunas denuncias que referían precisamente la existencia de "clanes familiares" y de "grupos asociados" que ocupaban algunas poblaciones cercanas a la frontera con Chile, como centro de operaciones, depósitos de almacenaje de mercadería de contrabando y a las que resultaba muy difícil acceder libremente. Autoridades de la propia aduana calificaron el asunto como muy grave, al haberse observado una abierta ayuda de pobladores con los contrabandistas, en una zona que se llamó "tierra de nadie", cuando en los hechos era y es como se observa, "tierra de contrabandistas".
Los hechos recientes demuestran que existe un grave problema de identificación de parte de la población civil de Sabaya y otras comunidades próximas con los actores directos del contrabando, habiéndose detectado que en amplios garajes de la localidad sabayeña existen grandes camiones "en resguardo" tras haber burlado parte de los controles del COA.
Por la gravedad del caso es que entró en acción la UCA, integrada por efectivos militares, que además recibió apoyo de aviones de la Fuerza Aérea que sobrevolaron sobre la población, constatando la existencia de camiones en varias viviendas de la comunidad de Sabaya.
Para completar el operativo se determinó aplicar un cerco en los límites de la población para evitar la salida de camiones y de los responsables de la tenencia de una apreciable cantidad de contrabando. El cerco se cumplía con vehículos de la entidad aduanera, apoyo logístico de efectivos militares, personal civil de la ANB y efectivos del COA.
Como parte del operativo se pidió a las autoridades y comunarios de la localidad cercada que dejen de encubrir a los contrabandistas y permitan que los camiones sean incautados y decomisada la mercadería para evitar conflictos mayores. El problema complicó al alcalde del lugar que intentó "negociar" con autoridades aduaneras la salida de los camiones, opción rechazada pero que producirá la instauración de un proceso contra la autoridad por encubrimiento al contrabando.
La situación era tensa en el lugar y se esperaba algunas acciones más directas para que se cumpla la determinación de enfrentar abiertamente al contrabando, incluso en circunstancias tan complicadas como la que se presenta en Sabaya y otras localidades como La Rivera, Todos Santos, Turco, Ancaravi y otras, donde los contrabandistas tienen apoyo directo de la población civil para realizar una especie de "reacondicionamiento" de su carga, para introducirla a la ciudad de Oruro y distribuirla en el gran comercio informal, incluso en el que se extiende hacia otros centros de comercio en ciudades del eje central.
Cómo vaya a terminar el cerco a Sabaya, es algo que se conocerá muy pronto, pero lo que interesa de este asunto, es que la ANB con la nueva Unidad de Control Aduanero (UCA), su personal y el COA han decidido enfrentar la asociación ilícita de contrabandistas y poner freno a esa actividad que altera el sistema productivo nacional, industria y comercio y que contraviene las normativas vigentes sobre la materia.
Fuente: LA PATRIA
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