Sábado 05 de noviembre de 2016
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En el campo de refugiados de Qab ElÃas, en el LÃbano, Fatima Jaled una refugiada de 30 años, montó en su tienda un aula improvisada para que los niños pudiesen aprender de manos de una profesora que ama su vocación.
Sentados en el suelo, en una chabola con tablones y mantas, decenas de niños refugiados atienden a las explicaciones de sus profesores, todos ellos refugiados también.
Más de 16 millones de niños, niñas y jóvenes refugiados se enfrentan a un futuro incierto. La escuela es un lujo, en medio del conflicto y de tantas familias que intentan sobrevivir. Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) reconoce de vital importancia la educación de los niños refugiados. La Organización busca devolverles a las aulas lo antes posible porque la rutina de ir a la escuela les devuelve el sentido de la seguridad, les ayuda a lidiar con los traumas que han vivido.
Con unas cifras tan elevadas. Acnur ha puesto en marcha el programa "Educa un niño". Su objetivo es ayudar a escolarizar en educación primaria a un millón de niños, de ellos mil accederán una "escuela digital en una caja" o también conocida como InstantClassroom. Esto permite que en pocos minutos se disponga de lo mismo que se tendrÃa en una real. Una de las principales ventajas de esta modalidad es que no se requiere conexión a Internet de tal forma que funcione en zonas donde ni la conexión a la Red ni el suministro eléctrico estén garantizados, como ocurre en estos campos de refugiados.