Para tenerlo hay que merecerlo

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La mayoría de las personas cifran sus esperanzas amorosas expresando sus pobres sentimientos en vagos e inútiles deseos, que no hacen más que sumirlos en la frustración, al no poder tener en sus brazos a esa persona que tanto sueñan y desean en su vida.

Alguien una vez dijo que soñar no cuesta nada, lo difícil es tenerlo todo.

Si bien es cierto que todos poseemos las posibilidades de tener lo que queremos en la vida, si realmente lo deseamos, pero el querer debe ir acompañado de un firme propósito de saber para qué lo queremos, porque si sabemos esto es para darnos cuenta que esa persona realmente vale la pena para nosotros y que también la valemos para ella.

Para tener las cosas que tanto deseamos en la vida debemos sacrificarnos por ellas, y para tener al hombre o a la mujer de nuestros sueños tenemos que hacer méritos para merecerlo, es decir, por las cosas que hemos hecho para ganarlo.

Hay muchos hombres que están con una mujer sólo porque les gusta, porque la quieren o quieren estar con ella, pero nunca se han preguntado si realmente se lo merecen, porque si eres un hombre terco, duro, violento, miserable insensible, irrespetuoso e infiel, ¿tú crees que mereces tener a tu lado a una mujer tierna, dulce, cariñosa, sensible, romántica, entregada y amorosa? Esta clase de hombre no merece tener a su lado a ninguna mujer por más que él quiera y pueda tenerla, porque por la clase de hombre que es no se merece a una buena mujer, y una buena mujer no se merece esa clase de hombre y viceversa.

¿Para qué hacerl@ sufrir? Las personas buenas merecen ser tratadas como tales, con cariño, con amor, con respeto y comprensión, porque se lo merecen, por lo que son y por su manera de comportarse con los demás.

No se trata de estar con una persona por el simple hecho de estar con ella, sino de estar con ella porque realmente no los merecemos, por lo que estamos dispuestos a hacer y dar por esa persona que queremos tener a nuestro lado.

Sucede lo mismo con el aumento del salario que un buen empleado le pide a su empleador, no lo está pidiendo solamente porque quiera ganar más sino porque sabe que se lo merece, por las cosas buenas que hace en su trabajo, a favor de la empresa en la cual trabaja, además sabe qué es capaz de hacer para ganar más y mejor, y se siente merecedor de ese aumento. Y su empleador sabrá darle el aumento que le corresponde, porque sabe que ese empleado se lo merece, no por el hecho de pedirlo, sino porque se lo ganó con su empeño y dedicación.

Lo mismo sucede en el amor, si creemos que merecemos casarnos con alguien, antes de pedirle matrimonio debemos estar convencidos que hemos hecho todos los méritos necesarios para ser correspondidos, de tal manera que sentimos que lo merecemos, no por lo que somos, sino por lo que hemos hecho y por lo que estamos dispuestos a seguir haciendo, para darle felicidad a nuestra pareja.

Fuente: Por: Salomón Joseth Monje