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Jueves 03 de noviembre de 2016

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Ecológico Kiswara

EDITORIAL

Los malos hábitos se imponen

03 nov 2016

Fuente: LA PATRIA

Hubo mucha controversia en torno a la celebración de Halloween, algunos defendían la posición de que se trata de una fiesta pagana importada y que tiende a desplazar las tradiciones de Todos los Santos, que es una ceremonia con más sentido religioso y tradicional en Bolivia, otros la promovían por tratarse de una fiesta inocente de intercambio de golosinas.

Sea como fuere, la fiesta de Halloween en la ciudad de Oruro comenzó con unos cuantos niños que se disfrazaban y entre ellos intercambiaban dulces, yendo de puerta en puerta, de ciertos domicilios signados específicamente para llevar a cabo dicha actividad.

Más adelante, los padres llevaban a sus hijos a la plaza donde comenzaron a juntarse por grupos para desarrollar la celebración con el intercambio de golosinas a la voz de "dulce o trato", o también el tradicional "truco o trato", de una tradición que se aprendió a través de la televisión y fomentada por las docentes de la materia de inglés en algunos colegios.

Pero ¿qué tiene que ver todo esto con el medio ambiente y la ecología?, pues que la celebración fue creciendo y hoy por hoy la plaza 10 de Febrero y "Manuel de Castro y Padilla", principalmente, además de algunas calles aledañas se ven inundadas de gente con disfraces que realizan el trueque de golosinas.

Pero como lo primero que aprendemos son las malas mañas y las convertimos en hábitos, lo que se vio de esta aglomeración de gente fue toneladas de basura, dejada durante la celebración, como siempre ocurre cuando existe alguna actividad en la que se convoca la presencia masiva de personas.

En esta ocasión no se respetó nada y las personas se metieron a las jardineras de ambas plazas para tomarse fotografías o para descansar, algunos inclusive realizaron ahí una especie de picnic, por lo que causaron destrozos en las plantas y pasto.

Al parecer no existe una cultura de limpieza y de pulcritud, sin embargo, la respuesta es sencilla, lo único que debemos hacer es educar desde el hogar, mediante el ejemplo, mostrando, los padres a los hijos, que se puede contribuir a mantener la ciudad limpia solamente no botando la basura en cualquier lugar.

Los ciudadanos debemos tomar conciencia del daño que sufre nuestro medio ambiente cuando adoptamos conductas irresponsables, nada cuesta desenvolver un dulce y guardar el envoltorio hasta llegar a casa y depositarlo en un basurero; además que en el centro de la ciudad están repartidos los papeleros denominados "Arturitos", donde se pueden dejar papeles y otros envases de los productos que consumimos, mientras no se trate de grandes cajas; con esas simples acciones, que deben convertirse en hábitos, podemos contribuir de a poquito a alcanzar grandes resultados.

Y una vez más recordemos que una ciudad limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia.

Fuente: LA PATRIA
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