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Domingo 09 de mayo de 2010

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Revista Dominical

Galardonados de prensa

Desde la creación del Premio Nacional de Periodismo, 5 orureños lo obtuvieron

09 may 2010

Fuente: LA PATRIA

El premio en 1994 fue “desdoblado” y en 2009 declarado desierto • Antes de su institución, sólo desde el exterior se daban lauros • Por: Ángel Torres - Periodista y Escritor

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En las dos décadas de vigencia del Premio Nacional de Periodismo y sus especialidades de comunicación, así como las medallas al Mérito, veinte preclaros informadores de la segunda mitad del siglo XX fueron laureados con el Gran Premio, de los cuales cinco son nacidos en Oruro.

El premio fue instituido en 1989 por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) y otorgado por primera vez en diciembre de ése año, en acto académico de resonancia nacional en la Casa de la Cultura “Franz Tamayo” y celebración en el club social Japonés; el tarijeño Alberto Zuazo Nathes se hizo acreedor al primer Premio Nacional.

Los periodistas orureños galardonados con el Gran Premio Nacional son: Mario Ríos Gastelú, en 1992; Luís Ramiro Beltrán Salmón, en 1997; Enrique Miralles Bonnecarrere, en el año 2000; Ángel Torres Sejas, en 2003; y Mabel Azcui Matos, en 2004, de los cuales sólo el director de “La Patria” tenía residencia permanente en Oruro.

PERIODISTAS

DE DOS ÉPOCAS

Lo que diferencia a los periodistas laureados y en general de los de la segunda mitad del siglo XX de sus brillantes colegas del pasado es que son profesionales de la comunicación a tiempo completo. Por lo mismo, son raros los periodistas que acceden a las altas funciones del Estado, aunque hubo alguno que otro diputado, ministro, diplomático, incluso presidente de la República, pero ya no tornaron a las redacciones en actividad permanente.

Los periodistas del pasado eran enamorados de sus máquinas de escribir y en los escritorios de los jefes no faltaba su regla de 30 centímetros, sus tijeras, sus lápices bicolor y su frasquito de goma de pegar, como tampoco su cenicero y tacita de café; los del presente, altamente tecnologizados, ignoran esos adminículos y cuentan con espacios especiales para fumar (si fuman) y sorber el inapreciable “cafeciño”; ni qué decir de la bohemia literaria.

NADIE ES PROFETA

El ya acreditado reconocimiento periodístico de la APLP, si bien se lo otorga desde 1989, año en que el presidente de la República era Jaime Paz Zamora y en el directorio de la Asociación presidido por Ana Maria Romero de Campero, con cierta anterioridad algunos voceros de prensa y connotados periodistas fueron acreedores a distinciones sólo exteriormente.

En 1946, el diario “La Razón” (Aramayo) es merecedor del premio “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia, Nueva York; en 1964, el caricaturista orureño Juan Rodríguez Baldivieso (ROD BAL) es galardonado en México con el Premio SIP – Mergenthaler; en 1969, la Asociación Norteamericana de Editores de Periódicos y la SIP, confieren a Guillermo Gutiérrez Ves Murguía una plaqueta de oro “En reconocimiento a sus ejemplares servicios y contribución técnica al periodismo”.

Pasado el tiempo, el diario “Presencia” es distinguido con otro Premio “Maria Moors Cabot” y los periodistas: Javier Echenique (orureño), obtiene un premio de prensa en su exilio de la Argentina y Eliodoro Ayllón Terán (Chuquisaqueño), otro en su ostracismo del Ecuador.

INCIDENCIAS

INFALTABLES

En lo íntimo y previo a la otorgación de premios, de literarios artísticos, como los Nóbel o los Oscar, o de la expresión que tuvieran, siempre ocurren incidencias que, lejos de opacarlos les dan mayor realce.

Así, durante el proceso de calificación de méritos para el primer Premio Nacional de Periodismo, se registró uno que permanecía en la confidencialidad. Respetables entidades postulaban a un avezado periodista de relevante trayectoria, quien había sido partícipe del primer congreso nacional de periodistas en Oruro, en 1929, posteriormente presidente de la APLP, organizador de eventos históricos de periodismo y hasta de otro congreso en 1951, amén de haber escrito y escribir para innumerables diarios en Oruro y en La Paz, por lo que se consideraba seguro para él el honor del gran Premio. Al enterarse de que la distinción iba a otras manos, acudió molesto a la Secretaría de la Asociación y retiró airado el expediente de su candidatura.

En 1994, por única vez hasta el presente, el Premio Nacional de Periodismo fue “desdoblado”; es decir, se lo otorgó en partida doble a Oscar Peña Franco y a Huáscar Cajías Kauffmann; los dos nacidos en el oriente del país. Es probable que el tribunal calificador de méritos se hubiera “empantanado” y concluir salomónicamente recomendando discernir el premio simultáneamente a los dos postulantes mejor calificados.

En 2009, el Gran Premio fue declarado desierto debido a las travesuras de algún duendecillo en el proceso de presentación y calificación de candidaturas que terminó pretiriendo las aspiraciones del aparente mejor calificado: Humberto Vacaflor; de cuya valía e idoneidad profesional nadie duda.

Afortunadamente, no ocurrió lo mismo con la calificación de merecimientos para la otorgación de las Medallas al Mérito y los premios por especialidad comunicacional (prensa, radio, televisión, fotografía), pero sí postergada la entrega para el Día del Periodista del presente año.

LOS MEDALLISTAS

En la estructura del Premio Nacional del Periodismo, la entrega del gran lauro es precedida por la de las Medallas al Mérito “Bautista Saavedra” para quienes se hubieran distinguido en el ejercicio de la profesión y en defensa de los intereses públicos; la “Franz Tamayo” que distingue la creación literaria y la “Daniel Sánchez Bustamante” que reconoce el o los aportes a la formación de las nuevas generaciones de periodistas.

Siete son los informadores orureños galardonados con alguna de las tres Medallas:

“Bautista Saavedra”: Ángel Torres Sejas, en 1989; Mabel Azcui Matos, en 2001.

“Franz Tamayo”: Mario Marañón Zárate, en 1993; Ángel Torres Sejas, en 1995; Carlos Mendizabal R., en 1999; Rafael Peredo, en 2000.

“Daniel Sánchez Bustamante”: Augusto Dávila Sanabria, en 2000.

De estos distinguidos medallistas, Peredo inició labores en “La Patria”, durante la época Canelas y hace años que reside en Cochabamba; Mabel Azcui nació y cursó sus primeros estudios en Oruro.

LOS CINCO GRANDES

MARIO D. RÍOS GASTELÚ, periodista, escritor y crítico de arte, nace en 1931, hijo del periodista potosino David Ríos Reinaga y Raquel Gastelú Sanjinés.

Hace periodismo en La Paz desde hace cincuenta años, en prensa, radio y televisión; pasa a la crítica de arte y al libro.

Lo sorprendente en él, es que empieza como cronista deportivo y tras de pasar a información internacional (Cables)y política desemboca en información cultural especializada, revelándose un acusado y ponderado crítico de música y artes plásticas, como expresiones de su fina sensibilidad. Son notables la pinacoteca que posee en su casa como su biblioteca.

Prestó servicios en “La Nación”, “El Diario”, “Ultima Hora” y “Presencia”; en las emisoras Amauta, El Cóndor, Illimani y en el canal 9 de Televisión (ATB).

Visitó, invitado a seminarios de prensa y actividades culturales, a los Estados Unidos de América, República Federal de Alemania y a la ex Unión Soviética (Moscú y Leningrado).

En lo mejor de sus arrebatos culturales, funda y dirige un periódico literario que no logra estabilizarse.

Lanzando el libro, publica en 1998 el volumen de arte “Creadores de luz, espacio y forma”; en 2002, en co-autoría, “Propuestas y tendencias del arte boliviano”; en 2004, la novela parcialmente ambientada en Oruro “La Sombra del Buicolizor”, más adelante entrega un libro de poesía. Al presente no cesa de escribir.

Entre otras distinciones, es Premio de Periodismo de la Fundación “Manuel Vicente Ballivián” (1996), del Centro de Investigaciones Arqueológicas (1993), así como de otras menores.

RAMIRO BELTRÁN

COMUNICÓLOGO

Periodista, comunicador y escritor, Luís Ramiro Beltrán Salmón nace en Oruro el 12 de febrero de 1930, hijo de Luís Humberto Beltrán y de Betshabé Salmón.

Cursa estudios en el colegio Alemán y jovencísimo es parte del diario “La Patria” del que pronto es jefe de redacción. Seleccionado nacionalmente entre varios, viaja invitado a los Estados Unidos de América para un ciclo de estudios e información periodística. A su regreso se le abren las puertas de la gran prensa paceña y cambia de residencia; es reportero y redactor de “La Razón” (Aramayo) hasta su abrupto cierre en 1952. Pronto, con un colega funda un periódico tabloide de corta duración.

De inmediato el curso de su vida registra un cambio de 90 grados que lo conduce al exterior para trabajar entre 1955 á 1990 en agencias de la OEA, gobierno del Canadá y de la Unesco en países como Ecuador, Colombia y otros, más que en periodismo, en los campos de la comunicación hasta consagrarse con infinidad de trabajos como comunicólogo. Antes, en estudios de posgrado en una universidad norteamericana obtiene el Magíster y Doctorado en comunicación. Emprende el estudio crítico de la comunicación y tiende a su democratización. Sus aportes teóricos y conceptualizaciones en materia lo erigen en valor universal. Dicta cátedra y conferencias en universidades, es consultor y consejero de organismos internacionales.

En diciembre de 1983, en Ottawa, Canadá, se le otorga el primer Premio Mundial de Comunicación “McLuhan” que repercute como su nombre.

Días después, el presidente Hernán Siles Zuazo le impone la Condecoración del Cóndor de los Andes en el grado de Comendador. Más tarde y nacionalmente recibe emotivos homenajes, desde Doctorados Honoris Causa a Hijo Predilecto de Oruro.

En 1991 es incorporado a la Academia Boliviana de la Lengua. Antes, en 1987 había sido nominado Académico correspondiente en el Ecuador.

Como escritor, aún en el exterior, en 1987 obtiene el Premio Nacional de Teatro del Ecuador por su obra “El Cofre de Selenio” y publica una Antología de la Poesía Boliviana.

En La Paz entrega en 1990 una “Bibliografía de estudios sobre comunicación en Bolivia”, en co-autoria, siendo el primer trabajo en el género en el país; el mismo año la edición boliviana de El Cofre de Selenio; en 1998 el ensayo “El gran comunicador Simón Bolívar”; en 1999 “Con la tinta de imprenta en las venas”, una forma de memorias de periodista.

Al presente continúa escribiendo y es un activo alentador de cultura.

ENRIQUE MIRALLES,

UN FUERA DE SERIE

Periodista, patricio, químico industrial y promotor del desarrollo, Enrique Miralles Bonnecarrere, de ascendencia hispano-francesa, nació en Oruro el 4 de diciembre de 1913 y falleció el 6 de octubre 2006. Hijo de Juan Miralles Cuñat y María Leticia Bonnecarrere; casado dos veces, prematuramente viudo con dos hijos del primer matrimonio, la segunda vez con Elena Bová Garrido quien le alegra con cinco hijos y la fundación de una estirpe de periodistas.

Singular personalidad la suya, tenía sensibilidad poética (en su habla coloquial era dado a la rima en algunas oraciones), arrestos de inventor (se anticipó en la utilización de la energía eólica en la generación de fluido eléctrico: construyó el prototipo de una cocina de campo a energía solar) y tenía algo de filósofo no ortodoxo (profundidad de sus pensamientos en situaciones dadas).

Graduado en Chile de Químico industrial, retoma en Oruro los pasos paternos de industrial minero en Carangas. Al estallar el Chaco en las llamas de la guerra se alista de los primeros y participa de casi toda la campaña (1932 - 1935), siendo herido en más de una batalla. Al tornar la paz, vuelve a su actividad minera, mas hay otros llamados en su interior, vende la mina y da cause a su adormilada vocación de periodista.

EN EL PERIODISMO

Al finalizar 1946, en comandita con Cristóbal Molina compra la razón social e instalaciones del diario “La Patria” y comienza su verdadera profesión. Asume la dirección del matutino que, entonces, debe lidiar con la competencia de los diarios “Noticias” y “La Mañana” y un semanario universitario; con su socio lo reorganiza con vistas a entregar a los lectores un impreso digno de Oruro, apolítico. Se erige en guía y mentor de sus jóvenes redactores; hace suyos los anhelos de progreso de su terruño mediante serie de iniciativas, se involucra activamente en la vida cultural y social hasta llevarlo al patriciado regional. Dirigente cívico, conductor del empresariado, funda instituciones, practica el altruismo y es un convencido de que Oruro es el mejor lugar del mundo para vivir.

Como periodista, de mentor pasa a instructor. Dicta la asignatura de “Técnicas del periodismo: redacción, titulación y diagramación” en un curso que se imparte en la Universidad, en 1951. Ya durante la guerra concibió una revistilla humorística manuscrita y dibujada que la nomina “El Mosquito”, que actualiza en imprenta durante los cuarenta.

Un fuera de serie como era Miralles, no sorprende que en La Paz, la Fundación Manuel Vicente Ballivián le otorgara su Premio de Periodismo, como tampoco la Asociación de periodistas de La Paz su máximo galardón, dado que su tierra natal supo reconocerle con todas sus distinciones conocidas. Las de Hijo Predilecto y de Ciudadano Notable parecían llenarle de contento.

El eximio periodista y patricio no dejaba de viajar interna y exteriormente hasta que emprendió el viaje sin retorno.

ANGEL TORRES

Periodista, historiador, ensayista y académico, nace en mayo de 1930. Cursa estudios en su tierra natal hasta el pre-facultativo de derecho (aprobado). Antes y después de su año de Servicio Militar, trabaja en una acreditada firma local.

En 1954 se traslada a La Paz con la finalidad de estudiar Filosofía y letras en el Instituto Normal Superior, previa aprobación del examen de ingreso, empeño que abandona a los dos años debido a razones de fuerza mayor, emprendiendo entonces su carrera de periodista.

Se inicia en 1958 como reportero de Radio “Amauta” y desde entonces, cerca de media centuria, presta servicios en los diarios “Última Hora” (dos períodos), “La Nación”, “El Diario”. En 1968 asume la corresponsalía en La Paz del diario “Los Tiempos”, de Cochabamba (dos períodos) y la de “El Mundo” de Santa Cruz (un lustro). Siempre desde La Paz, escribe material requerido para “Correo Boliviano”, un tabloide semanal que se editaba en Cochabamba para lectores bolivianos en los Estados Unidos. Eventualmente elaboró material de prensa para “El Siglo” de Potosí y otro de Tarija. Alternativamente trabajó para los noticiosos de Radio “Altiplano” y “Méndez”, Como periodista invitado, hizo varias entrevistas en TV-7 a personajes de la política nacional.

Periodista especializado en información política, económica y cultural, fue acreditado de prensa de “El Diario” en la Casa de gobierno y en las Cámaras legislativas. Le cupo dan primicialmente la noticia de la presencia de guerrillas en el país que, a las 24 horas es desmentida por el gobierno y confirmada a corto tiempo por la realidad; se trataba de la guerrilla de Ñancahuazú (1967), la del Che Guevara. Tras de cubrir parte de esa información, entre septiembre y noviembre de ese año se ocupó del Consejo de Guerra seguido a Regis Debray, Ciro Roberto Bustos y a cuatro ex guerrilleros bolivianos.

Recorrió la inmensa geografía patria y visitó países de América del Sur; en Europa, España, Francia, Italia, Portugal; también los Estados Unidos de América (un semanario). En Madrid hizo dos cursos de documentación e información para periodistas iberoamericanos (1965 - 1970); en 1977 cubrió la transición española de la dictadura a la democracia.

Obtuvo numerosas distinciones, desde las Medallas al premio Nacional de Periodismo; un premio de un concurso periodístico de España en Bolivia con motivo del Quinto centenario del descubrimiento de América (1992), una plaqueta de la Universidad “Ricardo Palma”, de Lima (1998), un diploma de la Universidad de Oruro a la excelencia académica, etc.

Es Hijo Predilecto de Oruro y miembro de Número de la Academia Boliviana de la Lengua (2000), en una gestión su Secretario académico y director de la Revista “Anales”. Autor de más de 500 trabajos ensayísticos publicados en diferentes diarios. En 1995 publicó “Oruro en su Historia”. Antes una biografía del religioso José Zampa, fundador de las Escuelas de Cristo.

MABEL AZCUI M.,

PRENSA EXTERIOR

Periodista especializada en información internacional.

Niña aún su familia cambia de residencia.

Es la segunda dama, que obtiene el Premio Nacional de Periodismo, después de Ana María Romero de Campero (1998). Hacia 1960 se inicia como reportera en Radio “Altiplano”, tiempo en que las representantes del bello sexo eran contadísimas en prensa; viaja a España para estudiar periodismo – radio en la Universidad Complutense de Madrid.

Obtenido el grado, trabaja corto tiempo para algún impreso hispano y regresa al país. En La Paz se vincula a la prensa extranjeras y es Corresponsal durante varios años de la Agencia italiana de noticias ANSA; es redactora de un noticioso radial y escribe material especial requerido para publicaciones italianas.

Para entonces se registra en el país una masiva irrupción de muchachas en prensa, radio y televisión, las hay en casi todas las redacciones al punto de organizarse en su propio Círculo de Mujeres Periodistas, en 1972.

Mabel Azcui es miembro de la Asociación de Periodistas de La Paz, de la Asociación de Prensa Extranjera y del Círculo de Mujeres Periodistas.

Al presente parece haber fijado residencia en Cochabamba.

Fuente: LA PATRIA
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