Al cierre del noveno mes del año la variación acumulada del Índice de Precios al Consumidor (IPC), sobrepasó la meta de inflación general estimada por el Gobierno para la gestión 2016 que debía ser del 5% y llegó al 5,38%. El mes de septiembre resultó el de mayor incidencia en los precios de bienes y servicios que alteró las previsiones fijadas.
En ese contexto un estudio de la Fundación Jubileo, señala que los precios de alimentos y bebidas para consumo de la población se incrementaron en 1,1% en el mes de septiembre sobre el registro de agosto que mantenía un movimiento poco activo en el último tiempo. El incremento fue más del doble de la variación del nivel general de precios de bienes y servicios que alcanzó a 0,45% en ese mes.
El movimiento de cifras y porcentajes, establece que -de todos modos- el pasado mes fue inflacionario. La variación acumulada del precio de los alimentos y bebidas llegó a 5,38%, mayor a la variación acumulada del conjunto de bienes y servicios que hasta el noveno mes alcanzó 2,90%.
Las referencias que maneja Jubileo y las que por su lado utiliza el Instituto Nacional de Estadística, INE, reflejan ese cambio en ascenso en los precios de los productos que son parte importante de la canasta familiar, por lo mismo, quienes sienten el cambio directo, diaria y semanalmente son las amas de casa.
De acuerdo a los datos sobre la investigación del IPC en varias ciudades del país, se establece que las ciudades más caras hasta septiembre, tienen tasas superiores al promedio nacional, es el caso de Cochabamba con 9,9%, Sucre con 8,4%, Potosí entra con 7,8% y Tarija lo hace con 6,4%. Se incluye un dato sobre Trinidad como la única ciudad en la que rebajó el promedio de precio del mes.
No se obtuvieron muestras claras en el caso de Santa Cruz, La Paz y El Alto, estimándose que en esas urbes el IPC está en un rango algo superior al registro de las anteriores, por lo mismo puede bordear el10%.
En cambio en el otro nivel de precios de alimentos y bebidas de consumo masivo se registran en porcentajes aceptablemente económicos, lo que corresponden a las ciudades de Oruro con menos 0,16% y Trinidad con menos 0,34% consignándose como las más baratas del país. Hay que señalar que de manera general en las otras ciudades, los precios se elevaron en tasas superiores al 2%.
Ahora bien, en el caso de Oruro en particular la referencia porcentual sobre el IPC al cierre de septiembre pasado, mostró que son pocos los alimentos que mantuvieron sus precios sin alteración, empero las amas de casa refieren que productos indispensables de la canasta, se elevaron, las papas, las verduras, la carne de res y la de cerdo, igualmente las frutas elementales en la dieta diaria. También variaron precios en cierto tipo de arroz, trigo y lenteja, de ahí que al señalar a Oruro como ciudad barata, nos hace pensar en aquello del vaso con agua a la mitad, o está medio lleno o tiene que estar medio vacío, por lo mismo en materia de precios nuestra ciudad es semi cara, consignando incluso algunos servicios.
De ahí que es importante insistir en un apoyo extraordinario a los productores del altiplano, que pese a las dificultades pueden proveer de varios alimentos, para competir con los que llegan de Perú, Argentina y Chile.
Fuente: LA PATRIA
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