¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Estábamos en casa un grupo de amigos del barrio, contando historias de fantasmas, de aparecidos y esas cosas, cada quién tenÃa una anécdota, vivencia o sabÃa una leyenda y la contaba, tan entretenidos nos encontrábamos que no nos dimos cuenta del paso de las horas, cuando levantamos la mirada, sólo habÃa luz en aquel comedor, el resto de la casa estaba totalmente a oscuras.
Cuando nos dimos cuenta de esto y por las historias que estuvimos compartiendo minutos antes, el miedo se apoderó de nosotros, no tuvimos mejor idea que irnos al fondo de la sala, donde habÃa un sofá en el que cupimos no sé cuántos, creo que 5 o 6 chicos adolescentes entre hombres y mujeres, enlazamos nuestros brazos a la altura de los codos y comenzamos a tener sensaciones extrañas. Primero vimos que el plato del tocadiscos dio una vuelta completa sin estar enchufado a una fuente de poder, ese hecho nos hizo gritar, luego cada quien veÃa una cosa distinta y los demás temblábamos y sudábamos frÃo, estábamos al borde del llanto.
Leer más
Finalmente, vimos que afuera de la casa no estaba tan oscuro y decidimos salir a la cuenta de tres, cuando uno de los chicos dijo tres, salimos disparados hacia la calle donde permanecimos hasta que apareció mi mamá y nos llevó adentro, encendiendo las luces y mostrándonos que no habÃa por qué temer.
El miedo, según el diccionario es el "sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario", pero por lo general ese peligro suele ser más imaginario que real, porque solemos ponernos en alerta cuando se presenta un acontecimiento desconocido, lo cual nos provoca la incertidumbre de si se trata de una sensación verdadera o sólo es una ilusión.
En aquella ocasión, la de la anécdota, mis hermanos y amigos vieron que del escudo que habÃa, a modo de adorno, en la pared del frente a donde estábamos se soltaban sus espadas cruzadas y flotaban, personalmente no vi semejante fenómeno, y siempre me pregunté el por qué.
Lo que ocurre, como en ese caso, es que cuando estamos nerviosos o asustados por una razón, la mente nos hace ver cosas que no existen, las inventa. Pero cuando realmente vemos cosas extrañas, como que se muevan muebles, a personas ya fallecidas o ausentes en ese momento, es porque también lo estamos creando.
Los cientÃficos lo explicaron de la siguiente manera: todo en este mundo es energÃa, en algunos objetos, está más concentrada, pues los átomos están más juntos y compactos, por lo que son más sólidos. Cuando vivimos emociones fuertes como el miedo, la angustia, hacemos que las cosas sucedan porque estamos liberando energÃa y ésta se mezcla con la universal y la telúrica, tal intercambio energético hace que las otras energÃas también se muevan, por eso podemos hacer que se recorran objetos, se doblen o leviten.
Cuando la sensación de miedo nos invade comenzamos a liberarla, por lo que también empezamos a ver cosas, que, al ser desconocidas para nosotros nos parecen extrañas y nos asustan más, asà se forma una especie de cÃrculo vicioso, en el que vemos fenómenos que creamos y a la vez nos asustan, y al estar asustados creamos más fenómenos o la mente los crea, es decir, los imaginamos.
Además, cuando sentimos miedo liberamos una hormona llamada adrenalina, ésta bloquea nuestras células para que en lugar de sentir sed o hambre, ponga al cuerpo en alerta y nos ayude a protegernos de una situación peligrosa; esa misma hormona hace que seamos capaces de lograr cosas que normalmente no harÃamos como levantar pesos, romper cosas duras, saltar más alto, correr más rápido.
El mundo ha cambiado y debemos movernos más rápido porque estamos como en una constante carrera por la supervivencia, por lo que nuestro sistema de alerta y de protección suele activarse con más frecuencia, aunque no nos encontremos en una situación de peligro real, por lo que nos estresamos.
Como ese estrés nos causa angustia creemos protegernos evitando salir de nuestra zona de confort y a veces aceptamos contextos que pueden no ser lo mejor, pero es lo seguro, puede que ello no nos dé la felicidad, pero por lo menos nos dará comodidad.
No obstante, el miedo es lo contrario de todo lo que puede traer cosas positivas a nuestras existencias, es cierto que en el intento podemos fallar, pero también podemos aprender de esa experiencia, lo importante es no temer, sino intentarlo y probar una y otra vez hasta que nos salga bien.
Pero también debemos animarnos a salir de nuestra zona de confort, de enfrentar nuestros miedos, quizás hacer las paces con nuestros propios demonios y vivir una vida no sólo más armónica, sino una vida increÃble y emocionante, podemos toparnos con cosas absolutamente interesantes que no sabÃamos que existÃan porque estábamos ocupados temiendo a lo que pudiera pasar más allá de nuestra zona de confort, podemos lograrlo cambiando nuestra energÃa, canalizándola en cosas positivas, cambiando el miedo por entusiasmo, en lugar de temer, emocionarse por lo que pueda venir.
Fuente: LA PATRIA