Adulto mayor objeto de consumo

Estamos viviendo momentos de excesivo egoísmo, mentalidad perversa, agresiva, violenta, queriendo destruir al prójimo, vecino, hermano, la gente está dependiendo del mercado, del dinero, quien tiene dinero es respetado, vanagloriado, no interesa cómo haya obtenido ese privilegio de tener riqueza.

Estamos en una sociedad consumista, el dinero se ha vuelto dios, los que tienen, más quieren, la ambición está imperando en la gente, por buscar dinero son capaces de destruir al hermano, papá, mamá, no se respeta ni su salud, no interesan sus problemas, no existe solidaridad, comprensión con la gente humilde. La sociedad del dinero es la que manda, hasta el poder político está en base al poder del dinero, todo está condicionado en función al dinero. Las personas mayores, antes jóvenes, hoy ancianos, ignoradas por su familia, por sus hijos, por la gente, por las autoridades, con el egoísmo van destruyendo a las personas mayores.

Los partidos políticos se pelean por llegar al poder político, por conseguir más dinero a cualquier costo, la militancia de un partido político es motivada por el dinero; si un partido no ofrece dinero, prebenda, manipulación, no hay militancia, no hay conciencia, no hay ideología, no hay principios, no hay valores. El consumismo estimula el individualismo, manipulación y egoísmo en la gente.

La educación es cómplice de esta realidad, porque desde niños, niñas se va inculcando el poder del dinero para vivir bien, el consumismo, egoísmo, mentalidad destructiva, se habla de valores, pero en los hechos continúa la soberbia en miniatura. Eso continúa en la escuela, colegio, universidad, se hacen muchas reformas sin tomar en cuenta los principios, valores comunitarios.

En nuestra educación se han hecho muchas reformas, en el marco de la economía del consumo liberal, con mentalidad egoísta e individualista, en la vida cotidiana andamos como si sólo existiéramos nosotros, sin importarnos el resto de la gente, no queremos trabajar en forma organizada, en grupo, decidimos solos, sin la participación de los demás, nos está absorbiendo la vida aislada mercantilista, en prejuicio de nuestra comunidad.

Las autoridades de gobierno hacen teatro al reconocer los derechos de las personas mayores, haciendo eventos de reconocimiento, fingiendo que tratan bien a las personas ancianas, reconociendo sus derechos, cuando continúa la indiferencia hacia las personas mayores, utilizando de nombre, como propaganda a las personas mayores, se utilizan de carácter político, para que sigan viviendo en las mismas condiciones de olvido e ignorancia.

Algunas autoridades dicen que han enterrado a la política neoliberal, sin embargo, está presente en toda actividad, en proyectos, inversiones, trayendo más capital, tecnología, industria, continúa la vida consumista, no interesando la salud humana, porque la persona es objeto, mercancía, y las personas mayores ya no son válidas, ni útiles para el Estado, las autoridades permanentemente van desprestigiando a las personas mayores, a los jubilados.

En los ciudadanos ya no existe el sentido de afecto, cariño, amor, a la convivencia familiar, los sentimientos están dañados, a la gente ya no le interesa el sentido de humanidad, solidaridad, con las personas mayores. Para atender a las personas mayores, el Gobierno tiene que generar políticas de sentido de humanidad, solidaridad, respeto, educación hacia las personas mayores, apertura de carreras educativas que permitan atender a las personas mayores.

Es necesario reflexionar con sentido crítico sobre la realidad de la discriminación a los adultos mayores, para que sean considerados personas, evitando toda agresividad, violencia, competitividad, objeto de consumo, que destruya nuestra cultura y naturaleza. Hacer que la educación, tome con prioridad los principios, valores de las diferentes culturas, que está por desaparecer de la comunidad, fomentando solidaridad, respeto, amor y afecto hacia las personas mayores, orientando con la actividad productiva hacia el desarrollo económico de nuestro país.