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Sábado 29 de octubre de 2016

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El Cristo no es una persona: es la conciencia de que el Amor es Todo

29 oct 2016

Fuente: crecimientopersonalinnatia.com

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No confundamos al Cristo o al Buda con personas. Ya sabemos que tanto Jesús, el ebanista nazareno, como Gautama, el príncipe hindú, no querían estar rodeados por sumisos miembros de sectas, puntuales pagadores de diezmos o esclavos del culto a la personalidad. Querían estar acompañados de Cristos o Budas tan eficaces como ellos mismos.

Ambos sólo deseaban una cosa para ti: que liberaras todo tu poder personal, que literalmente, puedas mover montañas a través de la vivencia de tu conciencia Crística o estado de Budeidad, vale decir, de la plena comprensión espiritual de que Dios es Amor y el Amor es Todo.

Todo "ismo" que te separa de tu conciencia del Cristo y de la serena sensación de unidad con el resto de los seres que habitan el Universo, es un obstáculo que te impide experimentar la infinita gracia del Padre-Madre.

Todo gurú, corporación religiosa, institución educativa, medio de comunicación de masas, partido político, sistema ideológico, amante de turno o amigo supuesto que quiera vampirizar tu poder personal, se valdrá de "dioses ajenos" a tu Cristo interior para controlarte espiritual, mental, emocional y físicamente. Te recordará, por ejemplo, lo débil, pecador, incompetente e infame que eres para que no recuerdes tu verdadero origen del Uno del cual emana el Todo.

Se valdrán de esos "velos" dementes e imaginarios que abundan en el corazón menesteroso aquel en el que no brilla de modo unánime el Amor- para que seas incapaz de sanarte a ti mismo y al prójimo; para que naufragues en las aguas del error y no puedas caminar invicto sobre ellas; para que las montañas de tu incredulidad queden intactas y tu menguada fe sea incapaz de moverlas; para que el Diluvio de tus neurosis te impida construir tu propia Arca de Salvación; para que, a mitad de camino, las divididas aguas de tu Mar Rojo se vuelquen con violencia sobre ti y te oculten la brecha abierta de libertad que habías logrado abrir con el poder del Amor.

¿Y qué debes hacer con aquel o aquella que quiera atenuar tu conciencia del Cristo, vampirizar tu energía, reducirte a un calabozo emocional o ideológico, limitar tu sagrado poder interior? Sólo una cosa: prodigarle más y más y más Amor (el significado de "dar la otra mejilla"), en la esperanza de que él o ella también despierten, lo más pronto posible, a imagen y semejanza del Uno.

Querido lector o lectora: que no te abatan los tenebrosos momentos de desaliento, las siniestras pesadillas que a veces pueblan tus noches, los sombríos pensamientos que en ocasiones se multiplican en tu mente. Ora al Padre con esta certeza: "cualquier oscuridad que se incremente en Uno acaba convirtiéndose en el Amor infinito que todo lo puede, que todo lo ilumina."

Fuente: crecimientopersonalinnatia.com
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