Ingresos y regalías en bajada

Algo que no puede ocultarse y que refleja con claridad la situación económica nacional, es que los ingresos y transferencias han caído en 29 por ciento, en el periodo de análisis de ocho meses del año presente (enero - agosto) lo que significa una drástica reducción en los ingresos y consiguientemente en lo que significa las transferencias para las gobernaciones y municipios.

Entre los datos que se consignan en un análisis elaborado por destacados expertos en descentralización y conocedores del movimiento financiero estatal, se establece que los ingresos del Presupuesto General del Estado (PGE), hasta fines de agosto del año en curso llegaron a 100.524 millones de bolivianos, lo que significa 29 millones menos respecto a igual periodo del año anterior, un monto que por supuesto será recortado en la distribución a los gobiernos subnacionales.

Como el asunto se presenta con ribetes de cierta alarma en los niveles regionales, desde el Ministerio de Finanzas se han hecho las advertencias de rigor para que en cada caso las autoridades distritales, gobernadores y alcaldes elaboren sus presupuestos sabiendo que los recursos de manera general caerán en una proporción significativa desde los 7.395 millones de bolivianos presupuestados para este año a 5.105 millones para el próximo, lo que significa un 31% menos.

Si eso sucede en materia de transferencias del IDH, se prevé que las regalías por hidrocarburos tendrán una bajada de 4.160 millones de bolivianos en ésta gestión hasta 1.456 millones de bolivianos, con más del 35% menos. El bajón está relacionado directamente con la caída de los precios del petróleo y minerales, además influye también la cuenta disminuida de ingresos que recibe el país por sus exportaciones de gas natural a los mercados de Brasil y Argentina.

Está claro que el descenso de ingresos por regalías, sumándose la resta en lo que significaba la asignación del IDH, alterará de forma sustancial los presupuestos de las gobernaciones, los municipios y las universidades, por tanto en esos niveles se hace necesaria la aplicación de correctivos oportunos para compensar los disminuidos ingresos que deben ser administrados de manera austera y práctica.

El tema financiero está planteado en esos parámetros que ya tiene su efecto en el manejo de algunos programas que estaban presupuestados y que ahora tendrán que ser reformulados, particularmente si el sentido de ciertos proyectos no tiene beneficio colectivo, es decir, si algunas obras no llegasen a satisfacer las necesidades de la población, en orden de prioridades como saneamiento básico, agua, alcantarillado, luz y vías transitables en todos los barrios, en tanto que de manera general deben prevalecer los proyectos de salud y educación.

La ciudadanía es consciente de la situación y se espera que las autoridades asuman responsablemente su administración institucional, evitando los gastos dispendiosos, los proyectos suntuarios, los gastos de maquillaje citadino, para encarar los programas que servirán para mejorar las condiciones de vida de la mayoría ciudadana, que espera, un manejo correcto de los pocos recursos que no deben dilapidarse en obras oficiosas.

Fuente: LA PATRIA