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Sábado 22 de octubre de 2016

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Dos pasos hacia el triunfo

22 oct 2016

Fuente: gnosiscolombia.com

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Cuando se habla del triunfo o la derrota, casi siempre nos ubicamos desde el punto de vista material, perder o ganar algo físico, olvidando que la vida de cada uno de nosotros se compone de otras áreas como la emocional, la espiritual y la psicológica, en las cuales es importante hacer un balance para saber si estamos triunfando o no.

El conocimiento gnóstico busca que cada ser humano sea capaz de desarrollar dentro de sí, todas sus posibilidades latentes y para esto nos enseña varios elementos que debemos tener en cuenta en nuestra existencia.

Partimos del hecho de que ´lo exterior es el reflejo de lo interior´, es decir que, de acuerdo a la forma en que interiormente somos, a lo que pensamos y sentimos, así mismo atraemos las diversas circunstancias de la vida, ya sean estas agradables o desagradables.

En esta reflexión encontramos dos puntos claves que nos llevan a reconocer aquello que somos interiormente para poder cambiar y atraer a nuestra vida circunstancias favorables.

1. Sea sincero consigo mismo.

Si usted quiere verdaderamente triunfar, debe comenzar por ser sincero consigo mismo: reconozca sus propios errores. Cuando reconocemos nuestros propios errores, estamos en el camino de corregirlos. Todo aquel que corrige sus errores triunfa inevitablemente.

El hombre de negocios que diariamente culpa a otros de sus propios fracasos y jamás reconoce sus propios errores, no podrá triunfar. No caiga usted en el mismo error; tenga el valor de reconocer sus propios errores. Así también se evitará males peores.

Quien reconoce sus propios errores puede formar un hogar feliz. El político, el científico, el filósofo, el religioso, etc., que llega a reconocer sus propios errores, puede corregirlos y triunfar en la vida.

2. No critique a nadie.

La crítica es inútil porque lastima el orgullo ajeno y provoca la resistencia de la víctima que entonces busca justificarse a sí misma. La crítica provoca una reacción inevitable contra su propio autor.

Quien critica a los demás es un débil, mientras el que se auto-critica, de instante en instante, es un coloso.

El hombre o la mujer que sabe vivir sin criticar a nadie, no provoca resistencia ni reacciones de parte del prójimo y consecuentemente se forma un ambiente de éxito y progreso. Por otro lado, el que critica a otros se llena de enemigos.

Aquél que quiere corregir a otros es mejor que comience por corregirse a sí mismo. Esto resulta mejor y menos peligroso.

Fuente: gnosiscolombia.com
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