Jairo Thomas: "Nacimos para jugar"

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Cada deportista siempre lleva en la mente o en el corazón una arenga que resume su trabajo, su esfuerzo y sus triunfos. Para Jairo Samuel Thomas Enríquez, se resume en una frase: "Nacimos para jugar".

Su intensa actividad deportiva le lleva a practicar lo que predica. Con tan solo 16 años, logró subir a peldaños que muchos atletas de su edad, aún no lo hicieron.

Jairo nació el 31 de marzo del 2000 en la ciudad de Oruro. Estudió en el colegio Jesús María, luego en el Aniceto Arce, pero por circunstancias de la vida y principalmente del deporte se cambió de establecimiento, en la actualidad cursa el quinto grado de Secundaria en la unidad educativa Ignacio León.

Los primeros recuerdos que llegan a su mente desde su niñez, por transmisión de su mamá, es que desde muy "peque" le encantaba patear todo lo que encontraba en su camino. Desde botellas, piedras, obviamente pelotas, hasta los pies de su progenitora, eran apenas un bebé.

Aquella afición o "tic" infantil, lo llevó a iniciarse en el mundo del deporte y hoy se constituye en un "presente" de valía para seguir por este camino, a fin de consagrarse como una revelación a nivel nacional. �?l trabaja para conquistar ese mundo, es consciente que el tiempo es corto para ser deportista, por ello, se entrega alma, vida y corazón a lo que hace, teniendo como motivación a su papá, su mamá y a su hermano.

FUTSAL

"La primera vez que fue a entrenar sentí que algo se cumplía, porque desde chiquito me llamaba la atención, veía partidos. Corría tras la pelota como todo niño, me gustaba patear la pelota. Antes era central y el profe me subió a contención. Me gusta el fútbol, creo que nací para jugar", afirmó.

A los 11 años incursionó en la práctica del futsal, el destino ya le había señalado el camino de lo que sería con el paso de los años. Pero esa misma gestión participó de su primer nacional Sub-12 en la ciudad de Tarija, con el equipo del ex jugador de San José, Valentín Zanca. A partir de ese momento, Jairo no dejaría de participar en nacionales de futsal y fútbol.

Cuando estaba en el colegio Arce, fue convocado a reforzar al club Ignacio León para participar de un sudamericano, motivo por el cual se cambió a este establecimiento. Ese año tenían que viajar a Venezuela, pero por falta de recursos no se cumplió aquel anhelo.

Ya a los 15 años, viajó al Beni para participar en un nacional de fútbol. Su talento y entrega deportiva le dieron como premio ser convocado a la preselección de Bolivia de esta categoría.

Una motivación particular es, Cristiano Ronaldo, no solo observándolo en los partidos que juega a nivel internacional. También revisó los videos de este jugador portugués, desde que era niño. "�?l es el primero y el último en irse de los entrenamientos, es algo bonito lo que hace", indicó.

Ese tipo de inspiración también le llevan a pensar en grande, se fijó como meta llegar a la Selección Nacional de Fútbol categoría mayores. Mientras tanto trabaja sin descanso para arribar a la cúspide de sus sueños.

El fútbol, al margen de ser una pasión para Jairo, se constituyó en algo imprescindible en su vida, no solo por estar en buen estado físico o subir su nivel para ser el mejor, sino porque este deporte lo obligó a transformar su personalidad, ser más responsable con lo que hace, no solo dentro del campo de juego, sino también en la vida misma.

En el campo de juego es todo un líder para sus compañeros, no por algo, la confianza de los técnicos se demuestra cuando le dan el cintillo de capitán, símbolo que lleva desde los diez años hasta la fecha.

"A mis compañeros siempre les hablo, les digo que cada partido es una final, y cuando fallan les animo hasta que salga la próxima", afirmó.

Por ello, Jairo transmite esa fuerza para ser mejores deportistas cada día. Su plan de vida es entrenar cada jornada con mucho sacrificio porque la carrera de futbolista es corta.

Fuente: LA PATRIA