Los acuerdos con la China

Hace una semana como corolario de "muy buenas relaciones" entre nuestro gobierno y el de la China, ese país asiático dispuso un préstamo para el nuestro muy próximo a los cinco mil millones de dólares, que serán invertidos en proyectos de infraestructura vial y de energía, ubicándolos en las regiones menos favorecidas del país, tal el caso de la Amazonía, donde hace falta mucha infraestructura.

Demás está decir que alguna parte del millonario préstamo servirá para promover la inversión pública y fomentar el crecimiento nacional, apuntalando varios proyectos que necesitan ser mejorados para convertirse en eficientemente productivos, además de implantar otros que sean parte del proyecto de disminuir el índice de desocupación que todavía rige en el país cuando se habla de empleos seguros y sostenibles.

Ahora bien, las relaciones entre ambos países han pasado de la simple amistad a un grado de "confianza recíproca", por lo menos así lo considera nuestro mandatario y la respuesta del canciller chino, ratifica esos propósitos cuando señala que la base de este entendimiento está en la comprensión y confianza de un inédito proceso diplomático y político entre países amigos.

Una muestra de "especial reconocimiento" se dio con la entrega al canciller chino de la condecoración más alta del gobierno nacional, consistente en el Cóndor de los Andes. Seguramente por vía diplomática se hará saber de la importancia de tal deferencia diplomática.

Con este acuerdo las opiniones son especiales, en algunos niveles se considera el préstamo como sumamente delicado para el endeudamiento nacional y las perspectivas de su pago. Para otros, significa un importante aporte a los planes del desarrollo nacional, pero su administración deberá ser celosamente controlada para que efectivamente su destino favorezca al crecimiento de regiones deprimidas y para impulsar el fortalecimiento de empresas productivas que aseguren un buen uso de recursos naturales pero con visión de centenares de empleos seguros y bajo garantías de nuestras leyes sociales.

Se menciona el hecho al recordar que pese a las denuncias de trabajadores bolivianos dependientes de empleadores chinos, se mantienen irregularidades que afectan la seguridad y dignidad de los trabajadores nacionales.

Los analistas, observan el asunto por la vía más práctica y señalan que se trata de un negocio de expansión de la potencia asiática que está acomodando su capital en varios países, cumpliendo estrictamente reglas de juego definidas, pues más que alianzas estratégicas, se trata de un abierto negocio comercial en el que se ponen capitales y se obtienen utilidades, por lo mismo su vigencia dependerá del buen uso y eficiente administración de fondos que sean destinados a proyectos rentables y de alto beneficio social.

Los acuerdos con la China deben ajustarse a nuestras normas y servir a la gran mayoría de nuestra comunidad, esperanzada en mejorar su modo de vida.

Fuente: LA PATRIA