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Domingo 09 de octubre de 2016

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Revista Dominical

Ximena Miralles Iporre una mujer de vanguardia en un océano de ideas

09 oct 2016

Fuente: Por: Márcia Batista Ramos Escritora - mar_bara@yahoo.es

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Recuerdo que fue el año pasado, en Carnavales, que la periodista orureña Ximena Miralles Iporre, en un impulso radical de solidaridad se rapó el cabello en apoyo a una jovencita que estaba en tratamiento contra el cáncer y lo hizo por todas las personas en esa situación.

A mí me emocionó profundamente el gesto de Ximena, porque admiro a las personas valientes y auténticas, pero, admiro de sobremanera, a las personas humanas, esas raras, que son capaces de hacer un gesto por el otro.

Cuando la vi sin cabellos, pensé que Ximena no es apenas la periodista, que en una toma de conciencia, hace un gesto radical, pensé que Ximena es una mujer diferente, pues, es profundamente humana.

Pensé en ella como una buena madre, que educa con buenos ejemplos; es la madre que se solidariza con la jovencita sin cabellos por la quimioterapia y le dice con su gesto radical de rapar el propio cabello, a ella y a todas las jovencitas del mundo, que ninguna mujer es linda por la cabellera que ostenta; que las mujeres somos lindas por la personalidad que tenemos.

Pero, me conmovió como madre, pensar que alguien tuviera un corazón tan grande como para apoyar a una jovencita desconocida, independientemente de las opiniones que pudiera generar en el medio; como qué, muchas personas le criticaron y juzgaron sin siquiera haber entendido el gesto, sin embargo también contó con numerosos defensores y simpatizantes.

Sobre el punto quiero recordar sus palabras:

"Quiero hablarte un poco de cuando me rapé la cabeza, empezó como una forma de solidaridad hacia una persona que creí que no volvería a ver, por eso lo hice público a través del mismo periódico, sé que muchos pensaron que fue por protagonismo, ahí viene la segunda parte, fue terapéutico para mí, porque aprendí a reírme de mí misma y a que las burlas, las críticas no me importen, uno de mis más caros anhelos es llegar tener tal independencia emocional que no me interese lo que otros tengan que decir sobre mí, porque al final nadie ha vivido lo que yo y nadie conoce mis luchas, además que cada quién tiene sus propias luchas internas y nadie debe ser juzgado por eso. No soy monedita de oro para gustarle a todos".

Ximena cree en el amor y es una mujer fuerte que supo decir no al machismo y chauvinismo dentro del matrimonio, por eso se casó y se divorció dos veces, enfrentando con dignidad las propias desilusiones y los dolores que advienen de un corazón partido.

Como mujer de agallas, afronta la vida con responsabilidad educando sola a sus tres hijas. Conservando aún la certeza de que el amor es el condimento de la vida; siempre con la mente muy abierta para poder encontrar al amor maduro que albergue su corazón herido y su dictamen de mujer independiente.

Ximena cuando era niña deseaba ser maestra, pero todos le decían que era un trabajo de mucha paciencia y mal remunerado; ya que los adultos tienden a ver la consecución del dinero como un sinónimo de éxito y le aconsejaron que estudiara una carrera más rentable.

A finales de los años 80 y principios de los 90 el periodismo se pintaba como la carrera del futuro, y ella no sabía que tampoco era una carrera muy bien remunerada; pero se decidió, porque le parecía que los periodistas vivían vidas fascinantes y no estaba dispuesta a pasar ocho horas del día sentada detrás de un escritorio. Por ironía del destino, ahora ella pasa algunas horas detrás de un escritorio.

Ximena confiesa que:

"(�) me encanta escribir, primero elaboro todo en mi cabeza y siento que lo que pienso va fluyendo a través de mis dedos y voy escribiendo. Gracias a Dios me obligaron a estudiar dactilografía, es una bendición, es más, a veces creo que no puedo pensar con tanta claridad cuando no tengo el teclado bajo mis dedos.

Pero sí es una carrera muy bella, además de conocer muchos lugares, a mucha gente, ves cosas que otras personas no lo hacen y puedes relatarlas luego, investigar, preguntar, planificar lo que vas a ir a cubrir, pero lo mejor es que no tienes horarios, aunque a veces eso puede convertirse en un problema. Además de todo eso, el periodismo me da la posibilidad de enseñar a las personas lo que sé y de hacer servicio a la comunidad, que son dos cosas que también me apasionan".

Además de escribir ensayos, entrevistas y reportajes ahora Ximena Miralles se lanza en la literatura como narradora de cuentos infantiles. Escribió un cuento que muy pronto será publicado, que trata sobre la violencia y el perdón.

Sin embargo, recuerda que cuando era niña, entre los 9 y 10 años, escribió una poesía para su mamá y su abuelo Enrique Miralles B. la publicó. Asimismo tiene un cuaderno en el que escribe poemas, hizo acrósticos con los nombres de sus hijas Elena, Leticia y Natalia.

Ella dice que cada vez que le viene algo a la cabeza lo escribe. Esto denota que siempre estuvo inclinada hacia el mundo de las letras; cuenta que cuando era pequeña se encerraba en su cuarto y declamaba; y que para su cumpleaños 45 quiere retomar ese sueño y va a declamar algo en ese día.

Ximena revela que en su adolescencia y eso sólo sus hermanas Elena y Cibeles saben, ella pasaba muchas horas en sentido horizontal, y que sus papás se preocupaban porque pensaban que estaba enferma o deprimida porque creían que dormía mucho, pero no era así, estaba en su mundo de fantasía, imaginando miles de historias, con mucha trama, donde cada personaje tenía un nombre y una personalidad diferente; en sus historias las chicas eran de carácter fuerte y los chicos eran sensibles; las contaba a sus hermanas como si estuviese relatando una película y a ellas les encantaba escuchar, pero cuando se acababa la historia y le pedían más, les contestaba que tenía que volver a soñar, y le esperaban con mucha paciencia a que "sueñe" un poco más.

Así, Ximena imaginaba un mundo más justo e igualitario; así, Ximena soñaba con mujeres menos sumisas y hombres más sensibles; así, Ximena formaba su personalidad: entre la soledad y el sueño.

Otra cosa que hacía, mucho antes, cuando estaba en los cursos de la primaria, era aprovechando que los libros eran ilustrados, al menos los de inglés, les inventaba a los personajes una historia paralela y en español, que era más entretenida porque tenía hasta un fondo musical en su mente, por eso no prestaba atención en clases y ganó el mote de "sueñitos", porque pasaba horas imaginando. Los libros de matemáticas que sólo traían números, pero eran tan gruesos, se convertían en oficinas y su lápiz transitaba por los pasillos, los rayaba de sobremanera, y no hacía la tarea. Cuando leía algo, podían gritar con un altavoz a su lado, que ella no escuchaba, estaba siempre inmersa en su mundo de fantasías, más rico y divertido que el mundo "real".

Hoy, Ximena inmersa en otras aguas, con mucha responsabilidad laboral, ya que ejerce como directora del periódico orureño LA PATRIA, opina sobre la Ley de Imprenta que:

"Si hablamos de la Ley de Imprenta, opino que es una norma legal muy sabia, está destinada a la defensa de la libertad de expresión y del derecho a la información que tiene cualquier ciudadano, en realidad poco protege a los periodistas, está más orientada a proteger a la ciudadanía y a quien nos brinda la información, es decir a las fuentes. Sin embargo, pienso que existen cosas que se deben actualizar, sin tocar el espíritu de la ley, que como digo está destinada a proteger las libertades y derechos de los ciudadanos más que todo".

Sus consideraciones sobre el periodismo en Bolivia comparado al de otros países son:

"Uy, creo que nos falta mucha capacitación, en general no está tan mal, pero hablando específicamente de Oruro, creo que además de capacitarse en temas relacionados al periodismo les faltaron las lecciones básicas de lenguaje, mucha gente debe volver a repasar o aprender las reglas de gramática, sintáxis y ortografía, creo que salen de las universidades sin la suficiente preparación para afrontar el campo laboral.

Pero sobre todo, al menos en Oruro, pienso que les falta amor a la profesión, los periodistas se han convertido en atriles de las grabadoras, cámaras o reporteras que captan lo que alguien está hablando y ni siquiera tienen idea de quién es la persona al otro lado del micrófono o de la reportera. Yo no permito que los periodistas a mi cargo hagan eso, ellos tienen que ser más analíticos, curiosos y preguntones. Además que tienen que leer más, la gente en Bolivia lee poco y eso no es admisible en un periodista".

Ximena cuenta sobre cuáles fueron los principales obstáculos que tuvo que superar en esta labor de comunicadora:

"Como periodista de calle tuve algunas dificultades con el acceso a la información, había gente muy hermética y recuerdo que me estresaba esperando la buena voluntad de ciertos personajes que al final no me atendían o no querían brindar información. Una de las cosas difíciles que me tocó vivir cuando realizaba cobertura fue cuando los mineros pedían la nacionalización de Huanuni y Vinto, pues yo estaba embarazada de mi tercera hija y tenía que ir a cubrir las marchas, lo cual también me ponía muy nerviosa, en una ocasión un cachorro de dinamita estalló muy cerca, sentí como una brisa que despeinó mi cabello y sentí miedo, no por mí, sino por lo que pudiera pasarle a mi bebita; mi jefe de entonces quería que vaya a los bloqueos, y aunque suene a que parecí una niña chiquita pero mi mamá tuvo que intervenir y le hizo ver que no era cualquier cosa estar en estado de gravidez tan avanzado como para estar yendo a corretear escapando de los mineros y sus dinamitas, por lo tanto me eximieron de esa responsabilidad y al colega al que enviaron en mi lugar los mineros lo pegaron.

En cambio en mi posición de directora de LA PATRIA, lo que perdí al asumir este cargo creo que fue mi matrimonio. A veces me resulta complicado hacerme cargo de mi familia y de mi trabajo a la vez, pero creo que ahora he formado un equipo que me acompaña y me apoya bastante en el trabajo, y bueno, ya mis hijas no son tan pequeñas así que los tiempos difíciles ya van pasando. Lo más feo de este cargo es cuando se te van los errores y tienes que hacer aclaraciones, es lo peor que a un periodista en un cargo ejecutivo le puede pasar".

Cuando hablamos sobre el gran enemigo de la comunicación social en la actualidad ella dijo:

"Uno de los grandes enemigos de la comunicación es la intolerancia y la falta de empatía, el pretender que todos piensen igual y que no se acepte que el otro disienta es un atentado a la posibilidad de comunicarse, porque eso aleja a las personas y de ahí que vienen los enfrentamientos y hasta las guerras".

Le pregunté: -¿Ante qué sistema nos encontramos?- y Ximena dijo:

"¿Hablando de política? Pues a mí me parece que es una pseudo democracia, porque he visto cometer los atropellos peores que en las dictaduras estando en plena democracia, sobre todo contra las personas que no están de acuerdo con el instrumento, no le llamo proceso de cambio porque son muy escasas las modificaciones que se han hecho en la política y en la forma de administrar la cosa pública".

A continuación le pregunté si: -¿Crees que este es el momento más crítico en la historia de Bolivia?- Ximena desde una posición liberal expresó que:

"No el más crítico, pero sí siento que vivimos en crisis, cuando hay descontento entre la población es porque no todo está tan bien, como reza el dicho, si el río suena es porque piedras trae".

Hablamos que estamos en tiempos de cambio en el mundo de las ideas, de fin de hegemonías y ella expresó:

"Con el desarrollo de nuevas tecnologías en comunicación, con las redes sociales y todo eso, por supuesto que ha habido un cambio en la forma de interactuar y nos vemos frente a un mar inmenso de información, datos y por supuesto ideas, así que diría que sí, que es el fin de las hegemonías en cuanto a este campo".

Ximena, como toda persona muy inteligente, tiene un océano de ideas en su mente y nuestras charlas siempre son longas (largas). Ella habla de muchas cosas a la vez, porque cuando escucha una palabra ésta le transporta a otra idea y aquella a otra y así� Siempre le insisto que se dedique a escribir novelas, sé que le iría muy bien. Y le pregunto si cree en Dios y ella dice con fe imperturbable:

"Por supuesto que sí, Dios es mi amigo, es mi padre, mi guía, mi todo, como señala en la Biblia, sin Dios nada soy, con �l todo lo puedo, no sólo creo en �l, lo amo con todo mi ser".

Nos acercamos al 11 de octubre, Día de la Mujer Boliviana, Ximena Miralles Iporre, esa mujer de Vanguardia da un mensaje a las mujeres:

"Mi mensaje a las mujeres: chicas tenemos el alma indestructible, somos seres ilimitados y las únicas barreras que existen son las que nos imponemos nosotras mismas en la mente, no es necesario ser igual o mejor que los hombres, sólo tenemos que ser mejores que nosotras mismas, no tenemos que conseguirlo todo en un día, vamos paso a paso, el perdón nos libera, disfrutemos el camino rumbo a la libertad, todo se puede lograr con amor y gratitud, aunque no tengamos a alguien al lado, nunca estamos solas. Sigamos gastando la vida por un mundo mejor y llevemos a otras de la mano, viviendo cada experiencia como un aprendizaje. Parecen muchas ideas y mensajes sueltos, pero en resumen, es lo que aprendí en la vida y me funciona para seguir lidiando con lo que me toca".

Fuente: Por: Márcia Batista Ramos Escritora - mar_bara@yahoo.es
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