Domingo 09 de octubre de 2016
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Editorial y opiniones
La paz para unos y la traición para otros
09 oct 2016
Fuente: LA PATRIA
Adhemar Ávalos Ortiz
Los resultados del plebiscito del domingo 2 de octubre de 2016, significaron la consolidación de un pensamiento conservador en el pueblo colombiano ¿Serán las FARC las que recrearon estas ideas? Es poco probable, porque sus raíces, las de la guerra, son más profundas, radicadas en una realidad trágica desde el nacimiento de este país. El 26 de septiembre, después del acuerdo firmado el 24 de agosto, pródigo y, a la vez confuso, en señales, se determinaron las condiciones de un acuerdo donde la guerrilla colombiana renunció a sus convicciones, más por cansancio que por su traición a principios, a pesar que hubo de ambos. Se presentaron muchas aristas fundamentalmente políticas para la mayoría del pueblo colombiano, por un miserable, pero consistente margen de votos. La guerra debe continuar no obstante que llevó a la muerte de 75 mil personas y cientos de miles de heridos, además de millones de desplazados afectados física y psicológicamente.
Para tratar el tema es necesario adentrarse en un país violento donde la guerra política y narcotraficante fue siempre un norte. Es fácil comentar cuando no se sabe. ¿Era posible la paz? Quizás, pero el odio fue mayor. ¿Cómo surgió la guerra? En la oposición a un sistema despótico avanzado por un Partido Comunista tradicionalmente conservador. No fueron sus principios olvidados los que le obligaron a la insurrección, aunque una guerra popular prolongada, más bien una matanza terrible que se inició en 1948 en una cuasi-guerra civil, aplastada ferozmente, pero no por voluntad propia, sino por la reacción de una parte importante de una fuerza represiva, la más vieja de Latinoamérica con Santander a la cabeza. El enemigo de Bolívar se hizo líder de un movimiento sedicioso que provocó causa y condujo a una orgía de poder y desperdicio a lo largo de más de un siglo.
Fuente: LA PATRIA