50% mentirosos, 50% charlatanes

La tarde del 11 de mayo de 1997, sería una fecha memorable que pondría un antes y un después para la ingeniería de sistemas y la forma en la que el hombre entendería a las máquinas, pues desde esa jornada primaveral en el hemisferio norte, serían las computadoras las que empezarían a entender al humano.

Durante 6 jornadas que convocaron la atención de millones de personas alrededor del mundo, el imbatible azerbaiyano Gary Kasparov, que ostentaba en ese momento el título de Campeón Mundial de Ajedrez y cientos de récords que lo calificaban como uno de los mejores maestros del deporte ciencia de la historia, caía por primera vez ante una computadora que un año antes había sido derrotada sin objeciones en otra ronda también de seis memorables partidas.

Deeper Blue, que fue como llamaron a la segunda supercomputadora que venció al naazerí, era un equipo desarrollado por la IBM, cuya estructura de procesamiento paralelo masivo estaba basada en el RS/6000 con 30 nodos, cada uno con 30 microprocesadores P2SC de 120 MHz, ampliados con 480 procesadores VLSI de uso especial. Programada en lenguaje C y en un sistema operativo llamado AIX. Su talento estaba en la fuerza de su proceso de información y los cálculos de probabilidades, lo que significó su mayor fortaleza, pues le permitía estar casi siempre en una movida de ventaja y no perderse en el mismo cálculo de manera que abarcara muchas más probabilidades.

Si no entendió nada del anterior párrafo, no se preocupe, yo tampoco, solo quise darle algo de tecnicismo a este artículo. Lo que es real, es que para ese momento era un producto digno de la Guerra de las Galaxias, y que hoy por hoy simplemente sería un obsoleto ropero lleno de cables e inservible en lo absoluto, pues el celular en el cual probablemente esté leyendo estas líneas en este momento, sea capaz de hacer muchas más y mejores cosas que aquella computadora. Lo importante es entender que el trabajo progresivo del hombre por tratar que la computadora lo iguale y hasta lo supere en el análisis y pensamiento, fue y es una constante que además va superando sus expectativas.

Lo que es difícil de entender es que, muy a pesar de todos estos avances y logros, aún existan líderes políticos capaces de subestimarnos al extremo de hacer de la demagogia un parloteo incesante y cacofónico con el cual intentan comprar amores y benevolencias, por el simple afán de tener una muchedumbre encantada con el sueño de ser como ellos creen que somos, o peor aún como creen que queremos ser.

La noche del 21 de febrero, cuando los medios de prensa daban los resultados del último referéndum, con algo de desilusión veía un resultado, que al menos yo ni imaginaba, después de observar un par de horas antes los resultados en mi recinto de votación. Sin embargo debí entender que el sufragio fue variado en el territorio nacional, y aunque no era tan significativa la diferencia como creía iba a ser, el NO se imponía con una pequeña diferencia, para alegría de los más y tristeza de los menos.

Lo que horas después sorprendía a todos y dejaba en ascuas a la gente, es que en lugar de reconocer los resultados, el Vicepresidente salió a asombrar a la gente con una frase memorable y una amenaza por demás interesante. Indicaba que el resultado era un "empate técnico" y que en las próximas horas habría una sorpresa con el voto rural. Dicho voto nunca llegó y el empate fue un sueño y nada más. Ganó el NO, y así le hayan buscado mil razones y hasta la fecha no les cuadre el resultado, es la declaración y la forma en como querían que entendamos la votación lo que nos deja pensando si realmente nos creen capaces de comernos semejante verso. Me pregunto ¿qué hubiera pasado si Kasparov, hubiera declarado unas "Tablas Técnicas" en lugar de su derrota?

Pero los empates no acabaron ahí. Hace algo como tres semanas, nuestro presidente, que durante el último tiempo se ha ido acostumbrando a hacer del twitter una pizarra de discursos que dan más miedo que curiosidad, nuevamente llevó al campo mediático, el conflicto con Chile respecto al tema marítimo y se mandó una declaración que parece jocosa, pero que también llama a la pena ajena, pues uno termina preguntándose si es necesario que diga semejante frase, sobre todo cuando no hay la obligación de decir algo.

"Tenemos ganado el 50% del proceso en La Haya" decía sin explicar claramente lo que significaba. ¿El otro 50% lo tenemos perdido?, ¿Hemos avanzado algo o no hemos avanzado nada?, da la impresión que estamos como al principio y que el afecto a la igualdad también le afectó al mandatario que es capaz de hablar lo que sea con tal de darle cuerda a un tema que hace rato debería tratarse única y exclusivamente en la CIJ.

Pero el que sí ya da bastante bronca porque es un símbolo de la burda demagogia con la que los dignatarios nos la vienen charlando desde el 2005, es la última declaración sobre el doble aguinaldo. El Ministro del blindaje, que obviamente ya está muy diferente al que nos quiso hacer comer un súper héroe de caricaturas, como si hubiera sido el Nóbel de Economía, declaró hace una semana sin que se le mueva uno de sus pocos pelos, que "existe un 50% de posibilidades de pagar el doble aguinaldo".

Cómo diría un muchacho de esos que hablan con una papa en la boca: O sea jelou!!!!! ¿Qué le pasa?, ¿por qué razón nos toman por idiotas?

No nos merecemos semejantes ideas de lucidez extrema, no somos tan torpes. Todos sabemos que pagar doble aguinaldo en este momento sería el tiro de gracia a nuestra economía. Que en este instante los datos del INE son irrelevantes, porque así tuviéramos un crecimiento del 5%, algo ya de por si imposible, la situación del país ya no da para este tipo de juegos, menos de discursos ornamentales, que lo único que buscan es evitar que la gente les grite en la cara que el único cartel de la mentira es el grupo de guionistas palaciegos que se inventan estas iluminadas citas literarias sobre las igualdades porcentuales y técnicas.

En lo personal muchas veces me ha costado creces darme cuenta que una verdad dolorosa es siempre mejor que una mentira piadosa, y que cuando la realidad nos enfrenta es más difícil tratar de disminuir las consecuencias. Ojalá nuestros gobernantes reflexionen y entiendan que así como las súper computadoras actuales, los ciudadanos de a pie sabemos pensar, y que nos damos cuenta cuando nos dicen la verdad y cuando nos hacen una maniobra envolvente y burdamente mentirosa. Por favor, guárdennos un poco de respeto y si no tienen una verdad en los labios, mejor manténgalos 100% cerrados.

(*) Es paceño, stronguista y liberal